Me hubiese gustado que pasaran tantas cosas...

Ayer fue 21. Ayer se cumplió un año tía. ¿Cómo están las cosas allá? Me encantaría que me pudieras responder, porque siempre me dio curiosidad saber lo que pasaba cuando te ibas de este mundo. Desde que te fuiste, te vi mil veces, pero la más fuerte fue cuando te vi en esa mujer con tu mismo flequillo, tu mismo estilo de ropa, tu mismo cuerpo y tus mismas gafas de sol. Desde que te fuiste, te vi en mis sueños. Te vi en miles de lugares. Te vi en el esmalte violeta que tanto amabas, o en una peluquería, o en algunos de esos lugares en el mundo que tenías. Y si, te extraño.

Lamentablemente no te puedo decir que las cosas están bien acá, porque no lo están del todo. Hay muchos rencores ocultos que no nos animamos a dejar de lado, y muchas cosas malas que espero que solo pasen a ser experiencias de vida... y no algo peor. Ayudanos tía.

Me hubiese gustado vivir mi adolescencia más pegada a vos porque hubiese dado muchas cosas para volver a encerrarme un día entero en una peluquería con vos. Me hubiese gustado prestarte mis esmaltes más seguido. Me hubiese gustado que me ayudaras a vestirme para las fiestas de 15 como lo hiciste esa vez con la fiesta de nomeacuerdoquien. Me hubiese gustado poder contarte de que manera está actuando el karma conmigo, para que me ayudaras a salir de este torbellino que me está volviendo loca. Porque, tía, desde que te fuiste dejé de creer en mucas personas, dejé de tener esperanzas, dejé de sentir que en algún momento todo se iba a poner mejor y todo iba a pasar. De hecho, en lo único que creo ahora es en el famoso todo pasa, porque así es mi vida, con huracanes terribles que en algún momento se terminan. Y mientras estoy en ellos no dejo de pensar en que ya van a pasar, y voy a estar mejor.

El mundo quiso que te conociera y te tuviera a mi lado solo durante 15 años, que la verdad, es bastante. Aunque me hubiese gustado que me de un poquito más, y me hubiese gustado que pudieras estar conmigo en muchas situaciones. Desde aquella vez que te soñé, traté de ponerle un poquito más de voluntad a la vida sabiendo que en donde estabas, estabas más bien que acá (y más rubia... o por lo menos así te apareciste en mis sueños).

Honestamente, no me da el tiempo ni el cuerpo para extrañarte de la forma en que lo hago, porque (además de mi familia) no tuve un sostén fuerte a mi lado aquel día. Porque no quise contarle a mis amigas. De hecho, cuando se enteraron me abrazaron y quedó en eso, porque no quise profundizar en el tema.

No me quise tatuar tu nombre, porque dicen que cuando hablas mucho de alguien que partió, no lo dejas descansar en paz. Y así como ese tatuaje podría haber significado algo lindo, también podría haber sido un lazo tirante que te hubiese impedido estar tranquila. Y sufriste mucho tía, y yo lo vi con mis propios ojos. Es momento de que estes en paz.

Te quiero (muchísimo).

No hay nada que no haría para hacerte sentir mi amor.


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