She's smiling

Yo la conocí a ella.
Por suerte, todavía la conozco.

Yo la vi pasar por todo lo que pasó y estuve ahí en cada momento que ella me necesito, porque yo era lo único que tenía. Porque la habían aislado, la habían dejado sola, por algo que no era malo... algo que le podía pasar a cualquiera, pero le paso a ella. La gente en la que ella más confiaba la abandonó, le soltó la mano a cambio de alguien que recién conocían, y que evidentemente sabía que tácticas usar para que no le suelten la mano a él.

Ella sufrió. Yo la he visto llorar, y cuando más lo necesito he estado ahí para abrazarla, y sostenerla para que no se caiga. A ella se le juntaron todos los males, y digamos que tuvo una racha de mala suerte que le duró un año y unos días vieron. Pero un año y unos días... son un año y unos días. Y si en ese año y esos días sus amigos no estuvieron ahí, imagínense como estuvo ella. Le soltaron la mano por hacer lo que sentía y no lo que debía hacer. La he visto rota, quebrada, como si fuera una hoja de papel en el agua... o una copa de vidrio cayéndose libremente. La he visto hacer las peores cosas que un ser humano podría hacer contra si mismo. Ella quiso atentar contra su cuerpo y yo no la dejé. Yo estuve ahí para decirle que no lo haga, que no lo merecía.

Y mientras tanto, a su alrededor la gente no dejaba de pasar y correr en cámara lenta feliz, pasándola bien, momentos de felicidad que ella no tenía... hasta que le llegó la oportunidad de que todo esté un poco mejor, pero cuando volvió a ese lugar se le deshizo en segundos. Y cuando me lo contaba me decía que quería llorar y no le salía, y no podía. Hasta que un día lo pudo hacer, y ese día me puse feliz, por ella. Ella necesitaba tanto llorar como uno mismo al aire. Y mientras tanto, respiro.

Ella no es feliz, ella me lo dice. Me contó que esta buscando otro rumbo de vida. Aprendió que la felicidad no es algo que se tiene o no se tiene. Es un estado de ánimo, muy momentáneo. Uno no es feliz, uno tiene momentos de felicidad. Y yo traté de explicárselo mientras pude, y gracias a Dios todavía  puedo.

Ella me contó que este año no quería salir de su casa. Que el día a día le costaba horrores. Me contó que no sabía como hacía para seguir sobreviviendo con las personas que tenía al lado. Basuras que la dejaron en su peor momento y nunca estuvieron para ella como amigos. Hasta que descubrió a otras personas.

No digamos que hoy es feliz. Digamos que hoy sonríe.
Digamos que salió de la oscuridad, que hoy volvió a ver el Sol.






















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Te dije que lo iba a hacer y lo estoy haciendo. Gracias por dejarme contar tu historia.
Te quiero.
Estoy siempre, vos también lo sabes.

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