Sobre el mundo, el miedo y un par de cosas más.

Ayer los veía jugar. Ellos corrían y corrían para todos lados, y gritaban y eran felices. Tenían energía para toda la noche. Y los corrías y te miraban inocentemente, riéndose y tratando de escapar de tus brazos. Y yo pensaba... en como me gustaría agarrarlos a los cuatro y envolverlos para siempre. Como me gustaría ponerles pausa. Como me gustaría que sean así de tiernos para toda la vida. Ojala uno pudiese protegerlos de... del mundo. 

Son chicos. Son nenes. Criaturas inocentes. Ojala uno pudiera tener el poder de dejarlos ahí. Porque ellos no conocen de tristeza, de soledad. Si vos les vieras la cara, si vos vieras como él me sonreía cuando lo tenía en frente. Cuando escapaba de mis brazos inocentes... esa es toda la maldad que ellos conocen. Los brazos de un primo cualquiera que si los atrapa les hace cosquillas hasta el cansancio. ¿Cómo alguien podría hacerles daño, como alguien podría atentar contra ellos? Son almas ingenuas, llenas de amor, llenas de abrazos para dar. Te ven y corren hacia vos y no hay nadie en el mundo después de tus papás que te va a querer tan en serio. Porque eso son ellos, amor para dar, alegría, algún que otro llanto pero solo porque están cansados, porque se la pasan jugando todo el día y tienen sueño. Ojala uno pudiera protegerlos de tanta cosa de mierda que anda dando vuelta...

Ayer los miraba a mis primos y pensaba en como alguien podría hacerle daño a una belleza así. Como alguien podría usarlos para cosas horribles. Como alguien podría incluso justificar esas cosas como si los nenes fueran un pedazo de algo, porque en serio, son nenes, son una dulzura. Son el amor más genuino existente. Son ángeles inocentes. Te miran y te sonríen, y cuando tus chistes son malos se van a reír y van a decir que sos malísima haciendo chistes. Y si sin querer le das la espalda a uno va a llorar creyendo que no lo queres, cuando lo abrazarías y no lo soltarías nunca. Porque son amor, no son menos que eso.

Ojala no sufran. Ojalá que cuando ellos sean adolescentes el mundo haya avanzado lo suficiente para que ellos puedan ser y dar lo mejor de si mismos sin miedo a que los juzguen. Ojala no los juzguen. Ojala que ellos amen y amen a quien sea que los haga felices. Ojala que puedan permitirse amar a quien los haga felices. Miedo van a tener, y a veces eso los va a cegar, los va a paralizar, pero ojala que no sea así. Ojalá que no lloren tan seguido. Ojala que nadie les rompa el corazón, y si lo hace ojalá se vaya bien lejos. Y espero que si alguno de ellos le haga daño a alguien pueda volver hacia atrás y aprender a pedir perdón. Ojala lo hagan. Ojalá entiendan que el amor es tan lindo como peligroso, y te hace tan feliz como es doloroso. Ojalá se sientan infinitos, y ojalá entiendan que la vida es un gran conjunto de momentos que se mide en amor o felicidad o simplemente etapas, no en años. Ojala aprendan que la felicidad es un sentimiento, no un estado permanente de vida inalcanzable. Ojala aprendan a dar, aprendan a ayudar. Ojala tengan empatía. Ojalá que dejen ser a ese ser increíble que llevan adentro. 

Y si se puede, ojalá que no crezcan nunca. 


Foto: we heart it

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