Bicicleta

La cuestión es sobre líneas delgadas que diferencian de manera trascendental una cosa de la otra. Que me digas que estoy linda y yo salga corriendo a contarles a ellos que Él me dijo que estoy linda, y que yo tome eso como una iniciativa. La pregunta se hace cuando hablamos de algo y yo creo que hablamos de lo mismo. Esa cosa del doble sentido, de las sonrisas cómplices. Esa diferencia entre una palabra que lo dice todo y una simple palabra que no dice nada. Porque cada conversación que tenemos yo la sobreentiendo. Porque me dijiste que para vos fue bueno que yo haya podido ir y quizá simplemente lo dijiste porque lo viste así, y en esa frase no hubo algo más. Líneas delgadas que diferencian una simple conversación del sobreentendernos. Para escribir todo esto me base en un post que básicamente escupió en pocas palabras algo que vengo preguntándome desde el inicio de mis sentimientos para con él. 

La cosa es que el otro día vi una foto y de repente me cambió la forma de ver las cosas de absolutamente todo. Estar enamorado es lindo y más cuando sos correspondido, pero cuando no lo sos, estar atrás de una persona resulta agotador. Asfixiante. El otro día escribí un monólogo en mi mente y terminé llorando porque se sintió tan pero tan real... y claro, si es mi mente. El mismo hablaba de todos estos meses y de la parte agotadora: uno se cansa de reír a los gritos para que el otro nos escuche, llega un punto en el que uno solo quiere reír. Uno quiere disfrutar de sus amigos en la fiesta, no quiere bailar para que el otro lo vea. Llega ese punto en el que tocamos el límite y decimos que hasta acá llegó nuestro amor.

Tal como decía el post que me inspiró, hay sentimientos que tienen fecha de vencimiento. Y hubo un 31 de Diciembre/1 de Enero en el cual yo me saqué esa pulsera que me dio un él anterior al actual y la tiré al fuego. Y nadie en este mundo conoce mi lealtad a las pulseras más que yo. Cada una significa algo. Esa significaba mucho. Y la tiré para cortar con algo que al principio me quedaba al talle pero al final estaba comenzando a apretarme, y cada vez lo hacía con más fuerza. Ese amor que yo tenía por Ulises caducó, cuando yo creí que no lo haría nunca. Así como creía que el actual tampoco lo haría y... lo está haciendo.

Durante 1 año y 7 meses lo que hice fue lo siguiente: imagínense a una persona nadando y a otra que lo mira desde afuera, en ese entonces quiere escabullirse en el agua para perseguirlo pero el agua se mueve tanto que cada vez cuesta más alcanzarlo; le gritas, agitas tus manos, nadás con más fuerza y haces todo lo posible para que te espere... pero él no te escucha, él sigue nadando. El nunca se da vuelta a ver si podes, si necesitas ayuda... o si te ahogaste. El sigue adelante porque para su vida no es trascendental o importante que yo venga nadando atrás. Todos nadamos. Todos estamos sumergidos en el agua, solo que algunos nadan detrás de otros, y algunos otros siguen su propio camino.

Hay cosas que tienen su fin. A veces uno piensa que nunca se termina pero de repente algo se va. Es como si tuviésemos un engendrador de sentimientos adentro que de repente deja de segregar los mismos y libera otros. Distintos, más fríos, más pálidos. En fin, no siento lo mismo. Y muchas veces a lo largo de este tiempo dije "Ya está, logré olvidarlo", pero entonces lo vuelvo a ver y otra vez lo mismo. El día de mi Cena de Egresados me enojé tanto cuando sentí que todo se trataba de él, porque no era justo. Me di cuenta que tengo amigos los cuales no tengo otro tema de que hablar. El otro día me senté al lado de uno de ellos y estuve todo el rato tratando de pensar en algo que decirles que no sea sobre este tema, porque no me salía nada. Entonces eso es lo agotador. Uno se cansa de esas cosas, no puede sostener un vínculo con otra persona en base a las actualizaciones o las últimas novedades de como "avanza" o retrocede la relación de uno con esa persona.

Llega un punto en que hay que soltar, hay que dejar ir. Hay que liberarse de estas presiones, porque ya no son lo mismo y no son sanas. Una amiga me dijo una noche que ella empezó a entender que las cosas que pasan pasan por algo y si no se dan también es por algo. Entonces trato de entenderlo así. Había algo que no debía pasar, que no debía suceder. Punto. Trato de verlo así y por más de que el día en que me lo dijo no tenía ganas de entenderlo, hoy esa idea cabe en mis sentimientos. No me siento feliz. Me siento tranquila.

Me siento libre. Me siento bien.


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