Happy
Si estas triste, tomate un par de segundos para leer esto.
Acordate de cuando te sonrió, o te saludo, o te habló. ¿Te acordás de lo feliz que te pusiste por esos pequeños detalles? ¿Y de la vez en que te habló por facebook, o te retwitteo algo, o te respodió un tweet? ¿No empezaste a correr en círculos de la felicidad?
Acordate de lo que sentiste la primera vez que escuchaste esa canción. De esa emoción. Esa adrenalina. Acordate de lo que sentiste esa vez en la que estabas sola en tu casa y la pusiste a todo volumen y bailaste con tanta locura en la mente que cuando sentiste la llave abriendo la puerta de tu casa tuviste que correr para apagar todo como si estuvieras cometiendo un delito.
Acordate de todo eso que te hacía sonreír, porque probablemente lo siga haciendo.
Acordate de ese capítulo de tu serie favorita que te hizo reír, llorar, ponerte la piel de gallina y ser feliz por 25/40 minutos aproximadamente. ¿Y que importa cuanto duraba, si total te hacía feliz?
Acordate de cuando te compraron ese regalo, ese regalo que tanto querías. Y si todavía tenes la suerte de tenerlo en tu casa, anda y miralo, y abrazalo, y si te hace bien, llora.
Pensa en esa persona. No importa la distancia, porque eso no es lo que marca el fin. Eso marca una etapa nueva, difícil, pero nueva, y te vas a acostumbrar. Pensa en que siempre que te acordás, terminas con una sonrisa en la cara.
Acordate de esa serie que terminó y que viste durante 10, o miles o dos años, y te hizo tan feliz. Y pone la música de presentación, y cantala como si estuvieras dando un concierto.
Y acordate de algo también: la felicidad es un estado de ánimo, no es algo eterno, porque lo eterno... básicamente no existe. Nosotros como seres humanos no podemos ser felices para siempre, porque el para siempre... siempre termina. Entonces empecemos a aprovechar un poquito más esas cosas chiquitas que nos hacen reír. No dejes que nadie te calle, ni te prohíba, ni te excluya, porque nadie puede hacerlo.
Comentarios
Publicar un comentario