Ya nada nos asusta

El nudo en la garganta cuando mirás tu casa, y ves las paredes, el suelo, los muebles... las fotos desteñidas, las manchas de humedad que no se van nunca, y todo el esfuerzo de una vida que se acabó en 5 segundos. La gente que no te entiende, que no te escucha. El poder que hace como si nada. Cada marcha, cada trauma, cada lágrima que tenga que ver con ese día es de dolor. El miedo de que vuelva a pasar, no tiene explicación, juro que no la tiene, ni siquiera un poquito. El miedo y los escalofríos que te da pensar en que sobreviviste, tampoco la tiene. Los recuerdos que no se pueden borrar con nada, la impotencia, el dolor, el llanto, las marcas, la memoria... empiezan a ser parte de tu vida cotidiana, de esas cosas que venís cargando hace mucho, hace años. Ahí uno se da cuenta de que no queda ninguna duda, sigue siendo nuestra casa.



Llueve tranquilo, llueve parejo, 
el tiempo otra vez avanza. 
Cómo pudimos, como queremos, 
todo es de nuevo en la balsa. 

Nunca esperamos que se viniera 
una tormenta tan larga, 
en cinco minutos todos mojados 
y repartiendo la carga. 

Ya nada nos asusta, 
sabemos lo que nos pasa. 
No queda ninguna duda, 
sigue siendo nuestra casa

¿Qué nos espera, quién nos ampara? 
Tuvimos todo y no es nada. 
No había charcos, no había barro, 
ni olor a tierra mojada. 

No nos mató la locura, 
estar desechos. 
Que no quedara ni el piso, 
ni las paredes, ni el techo

Ya nada nos asusta, 
sabemos lo que nos pasa. 
No queda ninguna duda, 
sigue siendo nuestra casa. 

El tiempo otra vez avanza… 
Todos de nuevo en la balsa… 
Sigue siendo nuestra casa… 
Sigue siendo nuestra casa…



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