Las marcas siempre quedan
Las marcas quedan. Las marcas siempre quedan. Quedan en los pasillos infinitos de casas destrozadas con líneas negras en sus alrededores. Quedan en las paredes despintadas, destrozadas por el agua. Quedan en los muebles hinchados de agua. Quedan en las miles y miles de cosas que tuvimos que tirar. Quedan en las más de 100 personas) que se fueron. Quedan en cada lluvia que cae después de la tormenta. Quedan en la ropa manchada, desteñida. Quedan en el barro adentro de los motores del lava ropas y la heladera. Quedan en los libros manchados por su propia tinta. Quedan en cada lágrima basada en recuerdos tristes. Quedan en cada persona que no se pudo volver a meter abajo del agua en una pileta, en un río. Quedan en cada persona que no se pudo meter a la bañera después. Quedan en cada rincón de tu casa. Quedan en cada grito de auxilio y en cada ambulancia y en cada golpe de agua contra la chapa, arriba del techo. Quedan en el frio que sigo teniendo en las piernas. Quedan en la angustia de cada persona que no pudo volver a empezar, como si fuera tan fácil volver a empezar. Quedan en cada persona con traumas psicológicos y físicos que no pueden superar. Las marcas quedan en cada marcha en los dos de cada mes. Las marcas quedan tatuadas en el alma y en los recuerdos de cada cuerpo frío, inmóvil, blanco, sin vida. Las marcas quedan en cada madre que perdió a su marido, a sus hijos. En cada mascota que no sobrevivió. Quedan en la memoria de una ciudad triste. Quedan en cada ciudadano que sufrió y luchó por vivir. Quedan en la bronca de cada persona cuando escucha que se hacen obras, sabiendo que ni siquiera hay justicia. Quedan en cada vez que mi primo me cuenta que nadó 20 cuadras y no pudo llegar al lugar en donde estaban su esposa y sus hijos, y gracias a Dios hoy los tengo a todos. Quedan en cada pensamiento de cada persona que ni penso en como subirse al techo y lo hizo, porque estaba en el límite, porque su vida pendía de un hilo muy fino, que para muchos fue cortado intencionalmente. Quedan en cada escondite secreto que tenemos para llorar sin culpas, sin límites. Quedan en el alma, en el corazón.Quedan en cada persona que no puede ni ver de lejos un charco de agua. Las marcas quedan en cada persona que sobrevivió y vive para contarlo. En cada familia que salió adelante como pudo. Quedan en esos que te ayudaron a salir de tu casa. Quedan en esos refugios. Quedan en cada pulouver que te fue donado. Quedan en cada persona que dejó de vivir, y empezó a sobrevivir todos los días. Las marcas quedan en la vida, en la memoria, para siempre.
Y sigo sintiendo el frío en las piernas.
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