A todos los chicos de los que me enamoré
Siempre, siempre... tuve la curiosidad de lo que los chicos pensaban cada vez que se levantaban y se vestían para ir al colegio. Siempre me pregunté si alguno de ellos sabrá que en ese mismo momento, hay una de ellas produciéndose exclusivamente para el. Lo digo porque siempre que me vestí para ir al colegio, no solo me preparaba para mi, sino que pensando en alguien más. Habían épocas en las que me llenaba de perfume. Épocas en las que el Sol era esa cosa hermosa que iluminaba todo. Si, cosas flasheras. Habían veces en que todo era color de rosa y me reía demasiado de las cosas. Lindas eran esas épocas...
Había una canción para cada uno. Porque son miles de historias y hay miles de canciones que las explican.
Una vez hable de que eran 9, o 7. No lo recuerdo bien. El primero era el chico lindo del curso del cual tenían que gustar todas, por el cual nunca sentí nada pero bueno, había que gustar de alguien...
El segundo era un chico que tomaba el micro conmigo. Si, con todo el amor del mundo y aclarando que yo no soy ni estoy cerca de ser una tal Angelina Jolie, este chico era horrible. En serio. Perdón, porque siempre hablo de que uno es hermoso como es y toda la cosa, pero si hay algo que reconozco es que mi gusto casi siempre fue pésimo.
El tercero es alguien a quien pensé que era insuperable. Ese tercero fue el que me hizo sentir cosas, cosas reales. Tapado por un cuarto que era hermoso y usaba yo como excusa para no reconocer mi amor por el tercero, claro, el mal gusto señores...
El quinto... el quinto. Ulises. El rey de todos los chicos a los que alguna vez amé o quise. El que se lleva el premio mayor. El chico con el cual tenía una relación increíble pero el nunca supo nada. Y creo que jamás en mi vida volví a sentir algo así por alguien, jamás. Era único. Supero a todos los anteriores. Y no era tan lindo, pero tenía un rasgo que me atraía, y me hizo darme cuenta de que ese rasgo era lo común de casi todas las personas las cuales me habían gustado: era inteligente. Era rápido. Tenía ideales, y estaba plantado en el mundo. Tenía su lugar, cosa que amaba más que a nada en este mundo.
El sexto es alguien a quien no quiero nombrar ni mencionar por respeto. Digo, respeto a mi, no a él.
Me hablabas sobre tu pasado,
pensando que tu futuro era yo.
Bueno, quizás nos perdimos en el camino.
Quizás pedí demasiado.
Pero quizás lo nuestro fue una obra maestra
hasta que lo destruíste todo.
Y ahora me llamas de nuevo,
solo para romperme como una promesa.
Siendo casualmente cruel con la excusa de estar siendo honesto.
El séptimo fue fugaz. Fue un solo día el que tuve para entablar una conversación hermosa con él, porque después se fue del colegio y nunca más lo volví a ver. Y esta canción dice algo en particular que siempre estuvo escrito para aquella persona.
Esa fui yo rezando para que esta
sea la primer página de la historia
y no la última línea.
El octavo fue solo una excusa.
El noveno... bueno, el noveno es John. El noveno es Len. Y hablé de el en mi post anterior. Más que decir no tengo pero si puedo aportar que me volvio loca y nunca entendí por qué.
El décimo... es el actual. El décimo es el de ahora. Aquel chico que también es inteligente. Aquel chico que es muy distinto a los demás, no por las típicas cosas que una chica busca, sino por algo especial, eso especial que en veinte días voy a decir que no era nada y que él era un pelotudo igual a todos los hombres de la tierra. Pero hoy, hoy tengo ganas de quererlo un poquito más.
Y este tema no representa en absoluto nada de lo que vivi con él. Pero tiene un significado que solo yo sé.
We only said goodbye with words.
I died a hundred times.
You go back to her and I go back to...
Black...
Black...
Black...
I go back to... black.
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