Está pero no está

Cansada de extrañar y sentir tan fuerte. Cansada de acostumbrarme a que no esté ahí cuando me doy vuelta mientras escucho algún que otro monólogo de algún profesor en el colegio. Cansada de no coincidir. Con ese miedo de que esa última charla no haya pasado por algo, y haya sido solo casual. Con miedo de que la que yo pensé que sería nuestra primer página, haya sido la última. Cansada de querer llorar y que no me salgan las lágrimas. Cansada estoy de repetirme el típico: "No seas boluda, no llores por un pibe".

Mi historia no es como todas las historias.

Mi historia no empezó con un beso, un piropo pelotudo o alguna golosina sobre mi banco como señal de algún admirador secreto. Empezó el día en que se sentó en las escaleras al lado mío y empezó a hablarme. Esa conversación es lo único que existe en nuestro historial. Ese rato que fue tan pero tan lindo, es lo único que hay. Es la única página de esta historia. Es el principio... o es el final.

Y ahora siento que está, pero me doy vuelta... y nada. Y entro al colegio todos los santos días con la esperanza de que vuelva. De que aparezca o de que solo se de una pasada o una visita a la escuela a la que, como yo, también fue toda la vida. Eso quiero. Quiero sentir que está... y que realmente lo haga. Que no sea una sombra que me persiga a donde sea que vaya. Quiero que esté. Quiero que vuelva, y quiero que se quede. Quiero que aparezca para poder convencerme de que esa única página no fue algo casual. Quiero que vuelva, para saber que vuelve por algo. Para saber si realmente va a ser el segundo en mi vida, o va a ser solo uno más en la lista. Quiero que vuelva para saber que, de alguna forma, me pertenece. Quiero verlo una vez más, para saber que toda la espera valió la pena.

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