Círculos

Todo es un círculo. Llega un punto en que decís basta, y te das cuenta de que todo vuelve, de alguna forma. Cuando todo está saliendo bien, la primer pregunta que te haces es: ¿Cuánto falta para que algo arruine todo? Es como que uno se acostumbra tanto a que todo le salga mal que siempre que sentimos felicidad, en vez de aprovecharla, esperamos el momento en que se acabe, para saber que fue lo que la cago esta vez, ¿Entienden?

En mi caso funciona como un círculo vicioso. Es como si se dividiera en 5 estados: Pasas por el primero, y después por el segundo... hasta llegar al quinto. Ahí ya conociste todos. Después del quinto, pasas a uno que te resulta conocido... claro, volviste al primero. Entonces ya sabes como son las cosas, sabes cuanto dura cada uno. Sabes que todo funciona como un círculo, que no te podes quedar en un estado para siempre. Y sabes, también, que los peores... son los que más duran.

Lo único que haces es correr en círculos. Y como sabes cual es el próximo estado, lo único que queres saber es por qué. ¿Por qué voy a estar triste esta vez? ¿Porque voy a estar feliz en esta ocasión? ¿Por que voy a llorar acá? ¿Y acá, si soy tan feliz, por qué voy a ponerme triste?

Y vivís como si supieras tu destino, como si supieras qué es lo que va a pasar. Vivís esperando el próximo estado, y te olvidas del presente. Y al final, te olvidas de vivir.

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