Perfect Storm

Dicen que las tormentas pasan rápido. Que vienen para dejarte algo, para dejarte alguna enseñanza o para reflexionar. Las tormentas son momentos oscuros. Las tormentas, son momentos en los que te podes pasar horas mirándote al espejo, pensando en lo que esa tormenta esta haciendo con vos, con los ojos llenos de lágrimas. Las tormentas... vienen para que te sientas la persona más miserable del mundo, o para que sientas que todo lo malo de esta vida te pasa solo a vos. Vienen, para que vivas sin ver la hora de que se vayan. Y cuando se van... ahí es cuando lográs entender por qué vinieron.

Vienen cuando sos adolescente, muy seguido. Todos vivimos ciertas tormentas de alguna forma. Si hubieron épocas en tu vida en las que te sentiste frustrado, o tuviste miedo de revelar tu sexualidad, o te fue mal en todo, o más que el karma te volvió un huracán de cosas, probablemente sepas de que estoy hablando. Son tormentas porque son fuertes, y son en un momento determinado. Porque cada vez, son más fuertes y cada vez son peores... y cada vez, te enseñan a sobrevivir. Las tormentas sirven para eso, para que aprendas a sobrevivir, para que aprendas algo nuevo. Y si, son lo peor que existe en el mundo. Pero, al final del día, te das cuenta de por qué estuvieron, por qué te eligieron a vos, y que lección aprendiste.

Son algo rápido. Son como esas inyecciones dolorosas que duran 5 segundos, pero que parece que duran una eternidad. Te paralizan, pero te ayudan a entender un montón de cosas. Y la verdad, a veces no se pueden explicar, porque yo pase por muchas tormentas (como todos nosotros), y la verdad que la última no la entendí. A veces te cuesta entender por qué te pasa a vos. Te preguntas qué fue lo que hiciste para merecer esto, y al final... nunca encontrás respuesta. Yo creo en el karma, pero no creo que se vaya a la mierda con la idea de que todo vuelve. Porque mi última tormenta se fue un poquito al carajo, y considero que nunca hice tanto daño como para que me volviera semejante aluvión. Simplemente, no tienen explicación. Te dejan una lección. Sobreviviste. Aguantaste. Ya pasó, ya está. Y aprendiste a hacer las cosas de una cierta forma. Y recapacitaste sobre tus ideas y tus decisiones. Y las tormentas... nunca son buenas, pero tampoco son innecesarias.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿por qué siempre escuchas las cosas malas y nunca escuchas las cosas buenas?

manual de instrucciones para rendir un final

la paz nunca fue una opción