Papeles en el viento

Llega ese punto en la vida en que uno se harta de escribir mil veces el principio y terminar tirando la hoja al piso hecha un bollo. Y de repente nos encontramos con miles de bolas de papel alrededor nuestro. Y ¿cómo se le llama a eso? ¿Frustración, decepción, cansancio, rendirse? ¿Por qué tenemos que escribir en una hoja nueva si todavía no terminamos la anterior? Siento constantemente que la gente (me incluyo) se acostumbra a empezar a escribir historias y tirarlas para empezar una nueva... banca, ¿y la anterior? ¿Por qué constantemente dejamos las historias inconclusas y no las cerramos? ¿Y cuántos somos los que tenemos miles y miles de bollos de papel por el piso tirados y estamos sentados... ahí... viéndolos arrugados en el piso sabiendo todo lo que significa, y sin embargo los dejamos tirados? ¿Cuándo va a ser el día en que abramos esos papeles y concluyamos esa historia? Hay que darle cierre a las cosas porque es bueno para nosotros, para el alma. Esas cosas que nos hicieron mal, nos van a seguir haciendo mal mientras no cerremos ese círculo. Hay que aprender a mover las fichas del tablero, hay que aprender a correr las mesas del medio, y hay que aprender a terminar esas historias inconclusas, que lo único que sabe hacer es lastimarnos cada día un poquito más. Piensen en una cosa, algun día esos bollos se los va a llevar el viento, y ese va a ser el día en que nos demos cuenta de la verdadera importancia de cerrar o concluir ciertas historias para ser un poco más felices.