Carta a una tía en el paraiso

Tía...

¿Por donde puedo empezar a explicar lo que siento?quizá, supongo que por el principio. Hay días en los que me levanto y me pregunto si será cierto que ya no estas, si será cierto que no voy a verte más a los ojos, que no voy a escuchar tu sonrisa de chancho, que no voy a ir más a la pelu con vos, no sé... es muy increíble todo esto.

Esos días de verano, esos atardeceres, esas sonrisas... no entiendo como todo se termina, no entiendo como tu vida terminó tan prontamente, tan repentinamente. No entiendo como hoy tengo que hablar de esto y no de que estas mejor. Durante tu lucha estuvimos todos, ayudándote en lo que pudimos. Tu cuerpo fue muy frágil para soportar todo esto, y creo que si esta carta va hacia el paraíso será porque estás ahí. Tía, te extraño, horrores.

Eras tan alegre, y tan sincera. Tan arreglada, tan fina y tan de barrio. Tan linda, tan graciosa... es difícil no acordarme en cada noche de fin de año esa ves en la que tomaste unas copas de más y la mamá de la tíalo dijo a los gritos por teléfono, mientras hablaba con su hija. Esa noche fue inolvidable.

Todos nos equivocamos, y yo creo que cada persona de nuestra familia dejo lo mejor de si mismo, desde Nati al no querer verte mal y quedarse con la imagen de la tía arreglada, hasta papá, Graciela y mamá que estuvieron en todo. Hasta ese hermano con el cual se amaban, a pesar de todas sus batallas. Vos no perdiste una batalla contra una enfermedad ni tampoco te diste por vencida, yo no creo eso porque vos eras una luchadora. Quisa te necesitaban para alguna guerra, seguro que sos una de sus mejores guerreras ahora...

Yo sola se lo que significa el dolor de perderte porque vos en mi vida tenías una funcion, así como en la vida de todos los que te querían. Sin negativas, con la frente en alto, con una sonrisa en la cara.

Espero que algún día leas esto, espero que algún día te llegue esta carta.


חמוד, לוחם, וחזק, עכשיו ולנצח
La de tu pelo, la de tus ojos,
la hija que no tuviste,
Agus.

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