Para Siempre

Presión. Pánico. ¿Nunca quisiste salir corriendo de un lugar? Y no tenes nadie a quien contarle, porque el pánico se genera por algo, siempre hay un por qué, y muchas veces me lo preguntaron... pero siempre dije cualquier cosa. Digamos, me preguntaban por qué, y siempre respondía con el porque del por qué. Nunca daba la verdadera razón. Uno no puede querer escaparse de cualquier lugar x porque si. Siempre hay un motivo. Y nunca lo conté. Y nunca lo voy a contar. Nunca. Así que no pregunten.

La cuestión es que la gente se burla de uno. Te acusan de gorda sin saber que tipos de complejos tenes con tu cuerpo. Te tildan de anorexica por ser flaca, y mira si vos realmente sos anorexica. La gente presiona mucho. La opinión en general exige que seamos perfectos.

Imagínense no tener ganas de ver gente, no querer ver a tus propios amigos con los que compartiste tantas cosas... Imagina no querer salir ni de tu propia pieza. Imagina ver algo que era tan tuyo como una tortura (porque a la larga se convierte en eso). Cada vez quiero ver menos al colegio. No quiero hacer nada. No siento energías. Pensé que había vuelto a estar bien, pensé que había vuelto todo a la normalidad, y sin embargo era todo mentira.

En serio me siento mal, realmente me siento así. Me siento triste y decaída. Siempre encuentro excusas para no salir de mi casa, y no siempre es paja, es autoaislarse. Eso es lo que hago. Me alejo sola de las cosas. Me alejo sola de los problemas. Me hago la boluda y desaparezco. Necesito cambiar de aire. Necesito ir a vivir a Córdoba. Necesito sentir otra cosa, porque quiero dejar más que nunca de sentirme así, porque cada vez es peor. Necesito que mi vida deje de ser así, porque esa presión tan dolorosa me esta consumiendo. Me estoy convirtiendo en eso.

Corrección: Ya me convertí en eso.

He escrito cosas tristes en este blog, pero creo que esta es la más triste de todas.

Y no poder decir por qué, me mata.

Cada día me siento peor, y el sol no se puede tapar con la mano. Cada vez es más doloroso. Cada vez soy más susceptible, más sensible. Cada vez, ese globo impinchable está mas expuesto. Cada vez es peor. Peor. Y peor. Y ya no es que yo sola me pongo en ese lugar, sino que mi cabeza está tan quemada que ya no puedo salir de ahí. No me puedo escapar. No quiero seguir así, no es bueno. No quiero sentir que voy a estar atada a esto para siempre. No quiero, no quiero, no quiero, y no quiero.

No quiero.

Para nada.



Y en estos días no se que haría sin Paramore. A veces me gustaría que los artistas sepan lo que generan en nosotros, porque es increíble el poder que tiene Hayley junto con Jeremy y Taylor para darme ganas. Ganas de todo. Hay días en los que camino por la plaza y el sol está con todo y estan ellos. Y es así. Y eso me hace feliz, me hace bien, me hace tan bien que trato de sonreír por eso. Es lo único que hoy en día me sitúa en otro lugar. Antes hablaba de que necesitaba sentir otra cosa nueva, y por ahora, ellos son lo único que me puede acercar a ese sentimiento perdido.

Quizá si dejara de escribir en este blog dejaría de cuestionarme cada cosa que me pasa y estaría mejor. Pero no puedo dejar de escribir acá, simplemente... no puedo. No puedo porque necesito esto. Necesito un lugar en donde pueda cuestionar las cosas de la vida sin que nadie se aburra mientras le hable. Necesito eso. De vez en cuando, necesito contarle a alguien que él ya no me saluda o hace todo lo posible para esquivarme, y no sé quien es la persona que en este momento está del otro lado leyendo, pero gracias. En serio.

Gracias.

Ahora estoy mejor. Creo. La cosa es que esta entrada la vengo escribiendo hace días, por ende me siento mal pero no tanto como lo detallaba anteriormente. De todas maneras, es así. Cuando me siento mal, me siento así. Triste, sola. Quiero alejarme de la gente. Quiero vivir en otro lado. Quiero sentirme bien. Quiero salir adelante. Y cuando me siento así, puede que haga todo lo posible para caer hasta el fondo, pero solo lo hago para tomar un mayor impulso y volver a salir adelante con todo.

Sentimiento perdido.

Ni más ni menos que eso.

Y extraño a mi tía. Extraño mucho a mi tía, muchísimo. La extraño de una forma tremenda, y de eso me di cuenta el otro día, porque fuimos al cumpleaños de Bea, y existió un momento en el que hablamos de ella, de como era, de que yo era igual y de que a todos les hacía recordar mucho por nuestro aspecto físico similar. Y ahí me di cuenta de que faltaba, de que se había ido hace mucho y de que nunca había querido notar su ausencia. Y voy a hacer algo que nunca hice en este blog, pero me voy a citar a mi misma:

"[Sobre el dolor] Las personas tenemos miedo a sentirlo porque el dolor es tan grande que no creemos poder aguantarlo. Hacemos chistes y decimos cosas para que la gente se ría pero la gente no se ríe, porque no es gracioso, y bien sabemos que esos chistes a nosotros tampoco nos causan gracia. No es maldad. Otra vez con lo del tren... el tren es el dolor y vos estas en las vías: ¿por qué te pararías sabiendo que el dolor viene con todo y sabiendo que no lo vas a poder aguantar? por eso, las personas se corren de las vías y deciden mirar para otro lado, porque no quieren aguantar semejante dolor, porque a veces el dolor es inmenso y no creemos estar listos."



Es eso. Nunca quise sentir el dolor de perder a mi tía, a mi segunda mamá. Falta. Es así de sencillo. Falta. Hay un lugar vacío. No está. Y no puedo hacer la vista gorda como si nada, porque pasó, porque son hechos reales. Y nunca quise vivirlos, pero son parte de la vida. Son parte de las cosas horribles que nos pasan como seres humanos. Y son difíciles de superar, y hay que aprender a convivir con ellas -y sin ella- y es duro. Es difícil.


Es imposible. 





¿Que por qué se llama "Para Siempre"? Porque el 'para siempre' siempre termina. 



Y quiero que esto termine. Para siempre.

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