Somewhere deep in my soul

No hace falta que veas Skins para entender esto. Solamente tenes que ser de esos que sobreviven todos los días. 


Cuando era joven
vi a mi papá llorar,
y maldecir al viento.
El rompió su propio corazón,
y yo vi como trataba de rearmarlo. 

Y mi mamá juró que nunca 
se iba a dejar a si misma olvidarlo.
Y ese fue el día en el que prometí
que nunca iba a cantar sobre el amor
si es que no existía.






















Pero, cariño, tú eres la única excepción. 














¿Me creerías si te dijera que vas a estar bien?


Rotos. Esa es la palabra. La metáfora del vaso roto que no podes arreglar más, eso es lo que te pasa cuando sos adolescente. Te agarran como si fueras un vaso y con todas sus ganas te tiran contra la pared para deshacerte en millones de pedazos. Rosas. Rosas que son disparadas y se deshacen en el aire olvidando su aroma, su origen, su ser.



Y cada vez las cosas son peores. Cada vez todo se vuelve más loco. Un día sos feliz y al otro día estas roto. Roto como los vasos, las rosas, vos, yo. Como todos. Hoy volvía del colegio hacia mi casa. Estaba caminando por una plaza y me senté a esperar a que el semáforo cambie de verde a rojo. Esos, habrán sido, 10 segundos... me alcanzaron para pensar una cosa: todo aquello en lo que pensé durante todos estos años se viene y se viene. Voy a ser adulta. Voy a tener obligaciones mucho más duras que las de ahora. Te dicen que nadie te enseña a enfrentar la vida y mierda, te das cuenta cuando estás en la línea de largada, parado, temblando de frío o de miedo quizás. Eso. Miedo. Vasos. Rosas. Todo junto.

Alguien que nos diga que vamos a estar bien. Eso es todo lo que necesitamos. Alguien a quien le creamos que vamos a estar bien, porque yo cada vez lo creo menos. Y tengo miedo. Tengo miedo al amor, porque siempre me gustan chicos y nunca les digo nada por miedo al rechazo. Pero también creo que el amor es la solución a todo. Eso también da miedo cuando te encontrás con un capítulo de Skins que retrata a Effy deprimida, incluso teniendo novio. Yo me pase meses y meses creyendo que el día en que tuviera novio iba a ser el día en el que me curase, y me di cuenta que fui una estúpida. Si, este año es mucho mejor que el año pasado, pero eso me dio vuelta todo. El Sábado a la noche vi ese capítulo, y no lo pude terminar, porque se me vino todo junto. La idea de no poder tenerlo a él, y la idea de que el día en que lo tenga no va a ser suficiente. Y me tiemblan las piernas de solo pensar en que nunca va a existir tal punto en el que uno diga estoy bien y realmente va a estarlo. Miedo. Vasos. Rosas. Otra vez, todo junto.

En aquel capítulo, Freddie (su novio) hizo todo lo que tuvo a su alcance para ayudar a Effy. Todo. Freddie no solo se llamaba él, Freddie es eso que todos deseamos. Alguien que te diga que vas a estar bien. Pero alguien al que también, le creas. Alguien que venga y espante todos tus demonios. Y se los lleve lejos. Alguien que te acaricie el pelo y que sobre todo te de un abrazo cuando lo necesites, y cuando no también. Alguien que esté.

Pero también, alguien que no renuncie a eso. A la idea... o al hecho de decirle al otro que todo va a estar bien.

Me da miedo pensar en volver. Son pozos horribles que no le deseo a nadie. Te vuelven oscura y nadie se da cuenta, porque cada uno se preocupa de sus propios problemas, como corresponde. Te vuelven fría, quizá soberbia, quizá antipática... cuando todo lo que sentís es tristeza. Cuando todo lo que necesitas es un abrazo. Cuando todo lo que más queres es sentir los brazos de quien sea encima tuyo, sentir su piel chocando con la tuya haciéndote sentir a salvo. Necesitas a alguien. Punto. Necesitas dejar de sentir soledad. Sonreís y sos feliz, pero por dentro: vasos, rosas... ya saben.

No quiero volver. Me da miedo. No quiero pisar ese lugar interno otra vez. Porque eso trajo un montón de ideas locas a mi vida que no quiero realizar. Quiero seguir estando feliz. Quiero no caer. Por favor.

Quiero no volver a caer.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿por qué siempre escuchas las cosas malas y nunca escuchas las cosas buenas?

manual de instrucciones para rendir un final

la paz nunca fue una opción