I know where I've been
¿A cuántos les contaste tu historia? ¿Cuántos son los que saben todos tus secretos? ¿Quiénes son los que realmente saben porque llegaste hasta donde llegaste? ¿Y tus sueños más profundos, o tus fantasías alocadas... son solo cosas tuyas? ¿Alguno sabe sobre eso? Quizá si, o quizás no. Quizás todo el mundo te conoce hasta el último rincón de tu historia. Quizás solo vos sabes por qué estas parada ahí, y no allá. Quizá solo vos sabes como carajo llegaste hasta ahí.
A diario, miles y miles de personas nos dicen como somos. Nos dicen como es nuestro físico, y nuestra personalidad. A veces lo expresan con palabras, o a veces solo utilizan sus risas. Te describen de cuerpo completo, y te hacen una radiografía... como si te conocieran. A nadie le interesa leer las páginas del libro de tu vida, sino que creen que con tu cara, tu físico y tu forma de ser genuina y real, no como la de ellos es suficiente para juzgarte. Es suficiente para decir que sos un mal libro y que sos aburrido. Que por teñirte el pelo del color que a vos te gusta sos una freaky, o como dicen acá, un descanso. Lo que las pobres personas no entienden, es que para juzgar a un libro, hay que sentarse a leerlo. La tapa, no te dice nada. Tenes que tomarte el tiempo suficiente para leer la historia. El tiempo suficiente, te lo tenes que tomar para criticar con argumentos, con conocimiento de causa.
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Ni mi pelo fucsia, ni mis ojos enormes, ni mi panza, ni mis pies chuecos, ni mis cachetes ni mi forma de caminar definen quien realmente soy, ni lo que realmente quiero para mi vida. Nada de la tapa de mi libro define el contenido que hay dentro de él. Y que tenga 5886 días de vida, no significa que mi libro tenga 5886 páginas. Tiene millones de páginas que al parecer muy pocos quieren sentarse a leer. -muy pocos pueden sentarse y decir que soy una persona realmente insoportable porque muy pocos leyeron hasta esa página. Muy pocos pueden decir que suelo ser simpática y divertida, porque al parecer a todos les encanta leer hasta la página anterior. Y se sientan a hablar, y te dicen que sos aburrida, te dicen que hablas mal y hacen imitaciones por detrás tuyo. Y son esos momentos en que les queres tirar con el libro de tu vida por la cabeza, y no sabes si es para que entiendan como sos o para que dejen de juzgarte un puto segundo.
Mi vida no es la gran cosa eh. No pase por cosas terribles, o quizá si, pero eran cosas de la vida. Y cuando nací no me ahorqué con el cordón umbilical. Nací bien, sana. Soy sana. No tuve que luchar contra ninguna enfermedad por suerte. Pero eso no significa que no haya vivido. Y con lo que dije anteriormente, me quise referir a que los primeros años de mi vida no fueron difíciles. Gracias a Dios que no lo fueron. Quizá mi libro no es la gran cosa, y no se van a encontrar con esas historias de vida que te dejan boquiabierto. Pero es un libro. Y todo lo dicho anterior, no significa que sea un libro cualquiera, un libro común. Todos tenemos algún capítulo en nuestro libro que nadie leyó. Esos son los capítulos que explican por qué somos así. Por qué nos gusta lo que nos gusta. Esos capítulos que nadie quiere leer son los que nos hacen saber de donde venimos. Y nosotros sabemos de donde es que venimos. Nosotros sabemos de que lugar provenimos. Por eso sabemos que se equivocan cuando hablan de nosotros y dicen cualquier cosa. Porque nos juzgan por la tapa. Y por lo menos, yo, no soy la tapa de mi libro, ni soy el color de mi piel. No soy mi forma de hablar, ni soy mis ojos enormes. No soy una freaky que se tiñe el pelo porque es rarita. Soy mucho más que eso. Soy tanto pero tanto más que eso que no te das una idea de todo lo que soy. Y estoy feliz de ser eso. Y si no camino con la frente en alto, será porque me duele el cuello, no porque no esté orgullosa de quien soy.
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