The Unholy Trinity

A todas las rubias las llamamos huecas o estúpidas por el simple hecho de ser rubias (¿...?). A las que son crueles las odiamos, porque destilan veneno. Pero nadie les pregunta por qué son así. Somos superficiales ante la belleza. Sos linda = sos hueca. Y no es así. Y yo lo aprendí gracias a ellas. A veces hay que ir un poco más allá de lo físico o de lo que las personas muestran. Ellas tres, son como esas familias perfectas que por dentro son un desastre. Por dentro, se desvanecen.






La chica linda fue la líder. Fue Lucy Quinn Fabray. No solo fue la chica linda, sino que fue la líder de las porristas y del club de celibato, y la chica más popular de todo el colegio. Novia del mariscal de campo del equipo de fútbol. Perfecta a los ojos de cualquiera. Claro, cualquiera se hubiese preguntado que me pudo enseñar una persona así, y yo pregunto que es lo que no me podría enseñar esta chica. Siendo la líder del club de celibato quedó embarazada del mejor amigo de su novio, Noah Puckerman. Al principio se metió en miles de encrucijadas sin ser consciente de que dentro de ella llevaba una vida. Pero luego vimos como eso fue lo que la hizo madurar. De repente fue echada de las porristas, y dejó de ser popular. La gente la comenzó a empujar en los pasillos, se volvió invisible. Y por supuesto, acostumbrada a ser chica popular, nunca dejó de extrañarla. Pero cambió. Maduró en muchísimos aspectos. Como ya he dicho, fue el personaje que más cambios tuvo, tanto físicos como de personalidad. Su pelo pasó por miles de etapas. Y sobre su personalidad, siempre pero siempre estuvo buscándola. Durante 5 temporadas la vimos buscándose a si misma. O por lo menos, hasta una de sus últimas apariciones, en donde se encontraba de novia con alguien que no tenía idea de su pasado. Siempre trató de olvidarlo y ocultarlo, hasta que un día volvió Puck y le dijo que todo eso, era lo que la hacía ser quien era. Y que no lo tenía que olvidar, porque claro, el pasado es nuestro legado, es lo que nos hace ser lo que somos, lo que nos hace ser más fuertes. Eso fue lo que le pasó a Quinn.





La bitch fue Santana Lopez. Una chica que caminaba detrás de la lider, como si fuera menos. Una chica que salía con todos los chicos del colegio. Trataba mal a todo el mundo y no tenía problemas en decirte lo que pensaba sobre vos. Comenzó a destaparse y pasó al frente. Se convirtió en uno de los mejores personajes de Glee. Una chica que tenía una maldad generada por si misma. Había algo que ella ocultaba porque temía lo que podía pasar si salía a la luz. Era de esas malas con un punto débil. Su punto débil, era el amor que sentía por su mejor amiga. Un amor profundo, especial. Si había algo hermoso de ella, era como se le aflojaba el cuerpo cuando se la nombraban. Santana fue una chica a la que le costó muchísimo asumir su homosexualidad. Tuvo miedo, cosa que ella siempre demostraba que no tenía para nada. Ser ella misma le costó la relación con su abuela, quien fue una persona retrógrada capaz de perder a su propia nieta por seguir sus tradiciones. Así y todo sus amigos la ayudaron a salir del closet y a ser ella misma. Se reveló, comenzó a ser lo que siempre fue dentro de ella y comenzó una de las relaciones más importantes de la serie con su mejor amiga: Brittany Susan Pierce.








En este caso, la tercera era ella. La tonta: Brittany Susan Pierce. Todos la trataron de tonta, de menos. Nadie la escuchaba porque nadie creía que sus palabras fueran en serio. Decía incoherencias con las que nos hacía reír a todos como que los delfines eran tiburones gays. Hasta que un día eso la llevo a demostrar que era todo lo contrario. Y no me refiero a que de repente sea la más inteligente de su generación, me refiero a ella. Fuera de sus números y sus matemáticas que la hicieron todo una genio. Me refiero a ella. Fuera, o detrás de todos esos chistes y toda esa inocencia, existía uno de los personajes más maduros de Glee. Brittany no fue ninguna tonta, nunca. Además de bailar como los dioses, fue una chica que ha demostrado muchas veces ser una hermosa persona. Cuando todos la trataron de ingenua por creer en Papá Noel, ella fue quien le pidió a el que Artie volviera a caminar. No era materialista, no era superficial. Era sensible, tierna e inocente de una manera hermosa. Y una vez lo dijo, todos la trataron de estúpida, pero fue en el club Glee en donde empezaron a valorarla como realmente era, con toda su ingenuidad y también con todo su ego. Se lució en todas las performances que realizó. Quizá no sea de las que tenga la historia más fuerte de Glee, y quizás nos hubiese gustado un poco más de ella que lo que nos dieron, pero así y todo, lo que vimos nos alcanzó para saber quien era, de donde venía. Nos alcanzó para creer en ella. 





Fueron esos cuadros perfectos que por detrás no lo eran. Había que ir un poquito más allá de su aspecto físico para encontrarlas. Lo que eran ellas no tenía que ver con su cuerpo, sus ojos verdes o su cabellera rubia. Lo que eran ellas, tenía que ver con su vida diaria, tenía que ver con su personalidad, con las cosas que habían vivido. Si, son ese trio soñado de tres chicas lindas, y todo el mundo muere con sus performances, pero ellas siempre demostraron que eran más que eso. Por eso se ganaron el cariño de tanta gente, porque llego un punto en el que se abrieron, en el que comenzaron a ser quienes realmente eran, y no tuvieron miedo de hacerlo. Cualquiera de las tres podría ser un ejemplo de vida. Brittany por su grandeza, Santana por su valentía, y Quinn... por su vida, por todo lo que la hizo quien hoy es. Cuando empecé a ver Glee, jamás me imaginé que las terminaría amando tanto, porque odiaba que Santana fuera tan mala, y odiaba que Quinn esté entre medio de Finchel. Hasta que un día me senté y comencé a ver la serie desde cero. Ahí conocí a Quinn, la chica que se embarazó accidentalmente y decidió tenerlo, pero también decidió dárselo a Terri, y decidió mentir sobre el padre de este, y decidió miles de cosas erróneas, pero claro... si solo tenía 16 años. Una chica que lo único que quería era alguien que la ame en serio, no por su reputación, ni por su popularidad. Conocí a Santana, una persona que... si... era mala con todos, porque el miedo que tenía de que todo el mundo sepa sobre su sexualidad y el amor que se reprimía no eran una buena combinación. Ahí conocí a ese amor: Brittany, una chica que, como dije: no era ninguna tonta como todos decían.


Gracias por crear a uno de los personajes más importantes de Glee.
Gracias Dianna por Quinn.


Gracias por no tener idea de la cantidad enorme de vidas que cambiaste.
Gracias Naya por Santana.




Gracias por hacerme reír hasta llorar.
Gracias Heather por Brittany.





Gracias por demostrarme lo contrario, gracias por hacerme entender que hay algo detrás de la belleza, algo que puede llegar a ser tan profundo que podes tardar meses en descubrirlo. Gracias por ser como son, porque si todo esto no fuera verdad, nadie se emocionaría por una foto de ustedes tres, ni nadie se emocionaría por verlas bailar y cantar juntas después de tanto tiempo, ni nadie se emocionaría al saber que vamos a verlas juntas una vez más. Solamente eso, gracias.


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