Vueltas

Siempre fuimos inexistentes para el mundo, irreales, de mentira. Incluso para vos. Hace exactamente 7 días que me pregunto a mi misma cómo es eso de que parte de mi felicidad dependa de vos. ¿Quién sos vos? Y por qué hablo con otros de vos, pero no de vos con vos mismo. Cuántas son las piedras que juegan de obstáculos en este camino, y qué es aquello que impide que mi felicidad dependa solo de mi

Me sentí un poco triste durante toda la semana, porque en cuanto al estudio, son tiempos difíciles. Y me gusta mucho el fútbol como para no llorar por Messi. Pero en el fondo... me pregunto cómo es esto de las líneas paralelas. Si son paralelas, si en algún momento se cruzan, si en realidad nunca van a hacerlo. Y no logro comprender cómo es eso de que sea tan fácil decir que sos feliz cuando para mi la felicidad no existe como un estado de vida permanente. Hay varias cosas de este mundo que no entiendo, entre ellas: el amor. 

Hoy, mientras me lavaba la cara, pensaba en todo esto. Asumí varias cosas, como que vos sos feliz y yo no. Sumado a que me la paso pensando en vos sin motivo o razón aparente. Entendiendo, también, que realizo una interpretación equívoca de la felicidad si comprendo que un día vas a venir y te vas a llevar todos los laureles. Me miré al espejo, me corrí a un costado y me sequé con la toalla. Pensé: vos también tenés que ser feliz, pero seguís pensando en él. Después, concluí: no pasa nada, ya va a estar todo bien. Sonreí.

El consuelo propio es importante. Todos los días trato de cederme un hombro a mi misma. Muchas cosas cambiaron con el tiempo. Quizá rechazo con más ímpetu las frases de sobre de azúcar (prefiero escribirlas). Despojo las culpas de lugares erróneos. Intento mantener la calma. Intento hablar conmigo, decirme que mi cuerpo está bien como es, y que mi cara está bien como es. Que tu felicidad no puede avasallarme, solo, ponerme contenta. Tengo mis propias metas, mis propios objetivos. Y siempre que está soleado, vuelvo en el micro leyendo a Elvira Sastre. Existen formas de salvarnos a nosotras mismas, y están mucho más al alcance de la mano de lo que nosotras somos capaces de creer. 

Vamos a estar mejor. No viviría en este mundo si no me levantase todos los días de mi vida teniendo la ferviente creencia de que la existencia del sol, es una gran garantía de estabilidad.


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