*Definitivamente, no.

Siento tantas cosas que mis manos y mi mente se desesperan al escribir algo concreto. No sé cómo trasladar toda la angustia que siento en el pecho a un formato binario y robótico que ni siquiera entiende lo que me pasa. Ya no te extraño como ayer, y mis aguas comienzan a trasladarse hacia otro río. Hubiese sido lindo que abrieras la puerta, pero en la raíz de esta turbulencia, es  donde encuentro la respuesta inesperada: creo que la cerré sin darme cuenta.




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