Presencia (II)

Siempre fui
la idealista compulsiva
licenciada en dominar
el presente a mi favor.
Siempre fui
la pobre tonta
que nunca fue amada
por alguien que amó.
Siempre fui menos
o quizá tuve gente
lo suficientemente mala
para hacérmelo creer.
Siempre
me hicieron saber
que me gustaba enamorarme
de cualquier cosa
porque mi mente
era reinada
por un mundo
inventado en nombre del amor.

Nunca me escucharon
cuando las cosas reales pasaron
tan solo prefirieron creer
en la historia de la mojigata
a la que nadie le da la hora
y solo sirve para ser el proyecto de alguien.

Y tengo muchas cosas para contar
detalles
de amor
que nadie quiere escuchar.

Y por fin
después de tanto tiempo
está por venir.

Pero qué iba a saber
que cuando lo mejor llegara
iba a estar rodeada de un desierto. 

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