thank u, next.
Estoy enojada y quiero escribirlo en prosa. Estoy enojada con mis amigos porque, por algún motivo que no logro comprender, eligieron darme falsas ilusiones. Estoy un poco enojada con el mundo, y quizá, en algún lugar, puede que mis amigos no tengan la culpa. Estoy tan enojada que desde que empecé a escribir esto, cometí miles de faltas ortográficas. Mis manos vuelan. Hay mucho por decir.
Ayer le dije a Facundo: nunca te define lo que otros creen que sos. Mientras tanto, ahí estaba yo. Tirada en el sillón de casa, viendo los mismos capítulos de la serie de siempre, llorando desconsolada porque el chico que me gusta no siente lo mismo. Y enojada, muy enojada.
Yo conozco este lugar, ya estuve acá miles de veces. Algunos tienen suerte... Otros, simplemente, nos acostumbramos a vivir solos, sin compartir nuestros logros con nadie especial. Nos acostumbramos al tono condescendiente y a la palmadita en la espalda, siempre acompañados del "ya te va a tocar". Yo, por lo menos, conozco todas las respuestas. Y hacía mucho que tenía ganas de hablar con alguien sobre lo que sentía. Porque pasaron cosas buenas. Porque las relaciones crecen, se alimentan, se retribuyen... Y ni siquiera me dio el tiempo. Porque cuando sentí la tranquilidad de poder decir lo que me pasaba, se abalanzó sobre mi la nube del rechazo. Otra vez. Como dije, soy de las que se han acostumbrado.
Necesito algo. Algo en lo que pensar. Se me borraron todas las ideas, todos los pensamientos, las proyecciones. Solo sé que se exactamente quien soy y a donde quiero estar. Y sé que eso es un privilegio, que no a todas nos toca lo mismo. Sé que no me voy a perder otra vez, ni me voy a sumergir en la toxicidad a la que nos somete este sistema. Sé que estoy bien. Pero también, recuerdo las palabras que expulsé ayer sobre la mesa. Un amigo dijo que le estaba saliendo todo mal, y yo le dije que a mi me estaba saliendo todo bien... pero que no lo decía porque no quería atraer malos augurios.
Y ahora no quiero hablar con nadie.
Porque las cosas salieron mal y, si bien trato, no logro enfocarme en mis proyectos. Está todo contaminado. Como cuando se te vuelca el café sobre los apuntes: algunos se salvan, otros se manchan un poquito, y otros... otros hay que empezarlos de nuevo.
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