Con-tacto

Hace 20 días
que dejé de respirar
caminar
de pie.

Me desvío
hacía todos lados
y el agua
desaloja mi cuerpo
de manera estrepitosa.

Existimos porque
resistimos
y resisto
todos los días.

Hoy
lloré alrededor de 9 veces.

Se acercan las olas
nos invade un océano
y la más mínima nube lluviosa
nos hace desbordar
casi
como si tuviésemos toboganes invisibles.

También
pensé en las despedidas.
Creo que en algún lugar
siempre
hay algo que me detiene.

Me puse a llorar otra vez
cuando me senté a tomar un café
y mi mamá me mostró un dibujo de una revista
algo así
como un suéter de verano.

Y me puse a pensar en mi mamá
y en quién se iba a sentar ahí cuando yo no esté.

A veces quisiera
poder explicarte
que no es tu culpa.
Pero que tampoco es mía.
Que no quiero tratarte mal
pero no lo puedo controlar.

Que ya no depende de mi signo solar
ni de mi ascendente

Los trastornos y las mochilas
van cargadas en la espalda.
Vos no podés sacármelas,
y yo tampoco puedo hacerlo.

Y no quiero
que mi mamá no tenga a nadie
a quien mostrarle su revista.

No quiero
que mis fotos
no pertenezcan al pasado reciente

no quiero
que alguien
se olvide de mi voz
o tenga miedo de hacerlo

Y estuve mucho tiempo
tratando de soltar los dedos
intentado estrujar mi mente
para explicarlo con palabras.

Hasta que toqué el extremo.

Volvimos al fondo.

_________________________________________


A veces buscamos
por todos los medios
que alguien nos escuche.

Porque perdón
pero no puedo gritar
(y tampoco sé pedir ayuda).

Esta
siempre
será mi forma de gritar.
Mi propio lenguaje.

Por favor
leeme entre líneas.

Porque no me gusta
mendigar los abrazos
a través de las palabras
o de una foto de instagram.

Y de vez en cuando
suelto alguna carcajada
generada por un meme de turno
o algún tuit estrepitoso.

Pero no
las más grandes carcajadas
ya no nacen desde el interior.

Adentro
está todo muerto
como si fuera un gran descampado
al que nadie nunca riega
en donde las flores se marchitan
y se secan con el tiempo.

Soy como una superficie
plagada de hojas secas
pidiendo desesperadamente a gritos
que alguien me rescate de este otoño interminable.

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