Lo Que Somos
Hoy estuve pensando bastante. Muchas cosas por la mente, muchos impulsos. Me perdí en la adolescencia cuando no era casi una persona, pero ahora que crecí, siento que estoy perdida en modo adulto.
(Y escribiendo esto me acabo de dar cuenta que soy adulta)
Es raro. Entre muchos devenires de la vida que decidieron ocurrir a DÍAS de que termine el año, acá estoy. Eso no me hace ni mejor, ni más fuerte, ni una luchadora. Si, físicamente estoy acá. Pero mentalmente... mentalmente no tengo la menor idea de donde estoy parada.
La cuestión es que aprendí a no hablar de que "los fantasmas del pasado vuelven" porque acá no vuelve un carajo. Yo no soy la misma que la que era a los 16, y no me importa si solo pasaron 2 años y meses. Todo aquello me hizo ser la que soy hoy. Así que no, acá no vuelve nada. Acá soy la misma, pero en otra situación. El entorno es diferente. Y quizá si es que hay algo en común entre el pasado y el presente, es que todo lo que me pasa hoy, se da gracias a las secuelas de aquello que sucedió en el pasado.
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Alguien era yo. Y la extraño. Porque yo soñaba. Soñaba con Broadway y con todo tipo de utopía que en mi mente pueda volverse posible. Yo creía en mi. Yo me acuerdo de ese sentimiento, de esa sensación. Pero un día, me tomaron de los hombros y me estamparon contra el piso. Me arruiné, me arruinaron. Y me olvidé de soñar, de creer, de tener ambición de la buena. Me olvidé de mis metas, de mis aspiraciones. Me olvidé de superarme a mi misma, de creer en mi misma. ¿Para qué? Si era una inútil. Pero lo cierto es que no lo era, porque cuando a uno lo señalan con el dedo en el momento en que lo encuentran débil, lo mas probable es que se termine creyendo todo aquello de lo que lo acusan. Y a mi nadie me dijo que era inútil, pero me bastardearon tanto que llegué a creer que no servía para nada.
Y así llegué a los casi 19. Todo pasó, pero un día volvió a mi mente la idea de que yo tenía sueños. De repente me di cuenta de que todo lo que había querido para mi vida... me lo había olvidado. Lo había metido en una cajita diminuta para protegerlo y la cerré bajo siete llaves. Llaves que hoy... no puedo encontrar. Hoy no soy yo. Hoy no me reconozco. Y todo lo que soy... es un vago intento de ser algo... ser alguien.
Ese alguien que intento ser no concuerda, no logra unirse. Soy partes desparramadas por todos lados, y eso hace que me esté costando relacionarme con la gente. Intentan definirme, o señalarme los defectos... sin saber que en este momento no estoy terminada. Intento. Juro que intento responder los mensajes a tiempo, juro que intento salir o ir a reuniones con amigos... pero cuesta. Siempre... absolutamente siempre es en el momento en el que me estoy vistiendo... no sé como describir la sensación, pero es como si tuviese la presión del mundo en todo el cuerpo: antes de ir al centro, antes de salir de casa, antes de ir a la facultad... siempre es en el momento de vestirme.
No sé como armarme. Cómo dejar de tiritar o sentir que la ansiedad me va a comer cruda. No sé como tratar de cambiar. Lo único que se, es que estoy haciendo el intento. Juro que lo estoy haciendo. Estoy tratando de hablar. Estoy tratando de volver a ser yo. El otro día vi Funny Girl, y no la terminé pero lo único que supe es que todas esas canciones me hicieron encontrar, por lo menos, una de las siete llaves. De a poco siento que lo estoy intentando.Y no importa si no llego a Broadway o a New York. Solo quiero pisar un escenario. Solo quiero decir en un futuro que lo intenté.
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Y por último, quiero decir algo: Todo lo que soy hoy o como dije, intento ser, es gracias a todo lo que he vivido. Todo lo bueno, todo lo malo. No responder un mensaje, o hacerme la boluda, o dar vueltas sin parar o inventrar excusas para no ir, es todo consecuencia de lo que viví. Esa ansiedad mientras me visto, ese pequeño miedo al salir a la calle (que por suerte ya no siento tanto) o esas ganas de refugiarme bajo las sábanas a ver Friends un Sábado a la noche, todo todo viene como consecuencia del pasado. Todo lo que me pasó me hace ser quien soy hoy, lo bueno y lo malo. Por eso te digo: no dejes que nadie te defina, no dejes que nadie te diga que no podés o te señale tus defectos. Vos sos como sos y si a alguien le molesta o no lo entiende, no pierdas tiempo con esa persona. ¿Querés tener amigos, o no querés? Esa es también tu elección. Que nadie te delinee, ni te trate de menos. Sos lo que sos. Venís de un lugar y ese lugar y ese camino te hacen ser lo que sos hoy. Que nadie te tire piedras o te bastardee, y si ya lo hace, mirá hacia lo alto. Soñá, ponete una meta. El boludo que se rie de vos en el fondo, lo hace para quedar bien con los demás, pero vas a ver que cuando no tenga a nadie el mundo se le va a reír a él en la cara. Ponete un punto fijo y caminá hacia él. Corré, saltá. Rodeate de gente que logre que vos intentes ser mejor persona, no de gente que te haga mal o te quiera cambiar a la fuerza. Y no te lo digo desde esa persona que no sabe de lo que habla. Se perfectamente de que hablo. Sé que se sale, se sale y se sale bien. Yo salí. Y hoy estoy acá. Y mis amigos hoy son otros. Caras viejas, caras nuevas. Pero nadie me quiere cambiar. Y por eso lo estoy intentando, porque cuando los miro a ellos se que no me quiero perder. Y cuando me miro a mi... se que vale la pena.
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