Tormenta Tropical


Papá me mostró una frase que decía lo siguiente: "A veces cuando las cosas parecen estarse derrumbando, puede que más bien se estén colocando en su lugar". Así es como prefiero verlo. Sucede que a las cinco de la mañana, mientras todos duermen y la cabeza no para de pensar, es un tanto difícil comprender del todo que en algún momento, vamos a estar bien. El tiempo pasa, pero a su paso las responsabilidades se acumulan, y las ganas de levantarme de la cama todos los días se reducen cada vez un poquito más. Ya no estoy tan triste o no me angustio tan seguido. Ayer perdí mi paraguas favorito y caminé alrededor de 10 cuadras bajo la lluvia. Supongo que, a pesar de haber sido afectada por pequeñeces, en algún momento entendí que hay cosas peores. Las crisis tienen eso: te hacen ir hasta lo más profundo del agujero negro, te hacen pensar cosas horribles y te tiran una tonelada de pasado encima, pero la salida... la salida es diferente. En el camino de salida de las crisis te encontrás con vos. Con el pasar del tiempo, te vas reencontrando de nuevo. Eso lo entendí ayer después de ver mis botas favoritas plagadas de barro y reírme. Creo que, en algún lugar, papá tenía razón. Las cosas se están acomodando, y nadie dijo que los días iban a ser amenos, pero solo tendremos que poner un poquito de paciencia para volver a la superficie.

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