Enero

No hay
historia
sin fin.

Hoy
de todos los días
es el primero
en el que siento

que se terminó.

Y no quiero.
Porque como todas las veces
tuve la oportunidad
de que todo saliera bien
y la perdí.

Es como si tuviera la felicidad
a tan solo un metro de distancia
y después de desearla tanto
la dejase ir.

Porque eso es lo que hago.
Es como tener sed
pasar por un kiosko
y comprarme un alfajor.

¿Tiene sentido?
No.

Carece de sentido.

En mis noches más profundas
donde la mente vuela y vuela
todo recae en un solo pensamiento:
te extraño
y tengo miedo.


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