De las cosas que no te puedo decir


No me importa haber gastado mis manos en escribir una y otra vez sobre lo mismo. La necesidad de expresarme me supera. Encerrarme en mis propios pensamientos y en mis propias presiones me hace estallar de vez en cuando. No poder saludarte, no poder hablarte o no poder intentar relacionarme porque yo misma no me dejo, es lo peor que hay. Pero mucho peor... es dar uno de esos pasos y chocarme con la misma mirada de mis ojos. Vieron eso que dicen de que no hay nada peor que alguien te mire de la forma en la que vos te ves a vos mismo, ¿no? y bueno, es real.

Como siempre, extraño todo. El contacto, el compartir una misma situación... porque todo siempre llegaba hasta ahí pero yo estaba bien con eso. Claro que quería más, pero simplemente no se podía. Extraño mucho esas cosas, el pasado... y varias veces al día escucho a personas felices con sus nuevas vidas post-secundario, pero si yo pudiera volver hacia atrás para tener una oportunidad más... volvería sin dudarlo.

Detesto no poder decirte las cosas. Detesto que todo esto conviva dentro de mi. Si vieses Grey's Anatomy me entenderías cuando dijera que quererte es viajar en una camioneta, pero que daría todo lo que estuviese a mi alcance para que sea lo más cercano a viajar en motocicleta por la autopista. Ese es el problema. Si vieses Grey's Anatomy, entenderías si dijese que desde el día en que te enteraste de la verdad, metí todo lo que sentía por vos en una cajita diminuta, la cual cerré bajo 7 llaves y ahora los sentimientos no hacen más que patear las paredes para poder salir. Desde el día en que te enteraste de la verdad... me bajé de la moto, me subí a la camioneta.

Me encerré a mi misma dentro de esa caja.

La verdad es que pasan los días, la gente cambia. Pero siento que lo mio esta anclado y no lo puedo mover, no puedo seguir adelante. Porque si, he visto a otras personas con otros ojos a lo largo de este tiempo, pero vos siempre seguís en el fondo, siempre terminás volviendo al frente. Siempre encontrás la manera. ¿En serio querés saber de dónde volvió la necesidad de volver a escribirte después de tanto tiempo? si, exactamente.


La verdad es que no se si alguna vez te topaste con esta versión abierta al público de mi diario íntimo, pero creo que no, porque si lo hubieses hecho tengo la idea de que las cosas hubiesen sido diferentes. No sé si quienes te contaron sobre mis sentimientos también te hablaron de este lugar, porque claramente ya no se puede confiar en nadie. Solo quiero que sepas que, como dije una vez, si te odio repentinamente o no te quiero ver nunca más no es tu culpa. Ni siquiera te importa si es o no tu culpa, pero solo quiero decirlo porque entiendo que todo lo que pasa dentro mio, justamente, está dentro mio. Y de vez en cuando necesito exponerlo porque ciertas partes de mi no dan para más.

Quizás en este momento estés haciendo algo productivo, algo con tu vida. Mientras tanto, pienso en la cantidad de veces que dije que quienes ejercen el bullying no hacen nada con sus vidas, solo daño a los demás. Y eso me hizo darme cuenta que yo no lastimo a nadie, pero por aferrarme tanto a este sentimiento no estoy haciendo nada con mi vida. Y si, no estoy tirándote piedras en el camino pero estoy pendiente de vos todo el tiempo. Bueno, la realidad es que ya no lo estoy tanto pero a lo que me refiero es al sentimiento. No se va. No es como los demás. Me descubrió y se alojó en mi de una forma en la que no lo puedo desterrar. Es cansador, es agotador. En serio, es horrible no tener otro tema para hablar u otra cosa que decir. Las referencias son las mismas, los chistes son los mismos. La gente me habla y lo primero que dice tiene que ver con vos. Eso me pasó el otro día, me convertí en una especie de receptora de tu vida. Pero vos... con suerte te acordás de mi nombre.

Juro que cuando hablo del tema quiero dejar el resentimiento de lado. Sucede que esto convive conmigo desde hace tanto ya, que dejó de ser lindo y de color de rosas. El perfume se le fue. El color se desgastó. Es como algo que esta usado y tirado en un rincón de tu cuarto: todos los días te levantás, y siempre lo ves... pero siempre lo dejás ahí.

No lo puedo sacar, solo no se va a ir, y el destino haciéndome cruzar con tu presencia de vez en mes no me estarían facilitando las cosas.

Con todas mis ansias espero que esto cambie. Espero encontrar a alguien que me quiera de la misma forma que yo, espero poder seguir adelante, poder decirte adiós. Espero que seas feliz, que logres todo lo que te propongas. Pero más que nada... espero poder hacer lo mismo.

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