Muy Despacito

Sabes que duele eh... duele y mucho. Hoy te volví a ver y hace unos días volví a hablar de vos. Y algo hay en común con todas esas veces y es el hecho de que siempre sos un boomerang, que vas y venís y venís y vas y te vas y cansas. No puedo dejar de pensar en esto un segundo del día. Porque te estabas yendo, por fin lo estabas haciendo... pero te encanta volver sin darte cuenta. Te encanta cruzarte en mi camino sin intenciones. Porque creo en cosas y nosotros no nos veíamos hace mucho estudiando a solo 3 cuadras de diferencia, entonces supuse que ya no te cruzabas porque ya no pertenecías a mi destino o futuro o lo que sea. Pero hoy volviste a aparecer. No te vi a la cara porque soy orgullosa como la mierda, pero ese abrigo... y esa capucha azul... como si no me acordara de todo ello. No tuve ni el valor ni el decaimiento de mi orgullo para ir a saludarte pero si que cuando llegué a mi casa no paré de llorar. Y es que no te vas. Y es que vos vas por un puente y yo te busco por otro. Y saber que mi búsqueda es en vano porque vos nunca me buscas... es doloroso. Cansador. Ya no es la parte feliz en la que mi cara es similar al emoji de los corazones en los ojos. Ahora no me da ni para ser un emoji. No se qué carajo soy ni que siento, pero hoy estaba enojada por algo y el día había sido malo, y te cruzaste y me doliste. Y cuando me encerré en ese lugar a llorar te usé como excusa para que mi angustia pudiese fluir. Fijate que cuando uno quiere llorar y no puede, solo piensa en cosas tristes...

¿Sabes que? Después de 2 años casi, recuperé por completo la mejor relación que tuve con alguien en mi vida, uno de mis amigos más importantes. No solo eso, sino él... me dieron la confianza. La confianza o las ganas desesperadas por creer...

... que todavía existe una última oportunidad.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿por qué siempre escuchas las cosas malas y nunca escuchas las cosas buenas?

manual de instrucciones para rendir un final

la paz nunca fue una opción