6 días
Día 1.
19:55 hs
Un vestido azul. Tenía puesto un vestido azul. Tenía que bañarme pero sin embargo estaba recostada en la cama de mis papás mirando Rebelde Way. Escuchaba reacciones... reacciones extrañas. De vez en cuando entraba agua y era lo mismo: alguien se ofrecía a sacarla, y ese alguien... siempre era el mismo. La lluvia no cesaba. Yo seguía recostada. En ese entonces la novela terminó y decidí levantarme de la cama para ver lo que toda mi familia estaba viendo.
Está la puerta, y está el pasillo, está la otra puerta... y entonces está la calle. Los autos pasaban generando olas en nuestro pasillo. Uno de nosotros decidió cruzarlo y cuando llegó a la calle el agua lo cubría desde la planta de los pies hasta casi las rodillas. Nuestro pasillo va en subida. Como solemos llamarlo. En casa no había ni un centímetro de agua. En casa estaba todo bien.
Las olas seguían formándose en nuestro pasillo con el paso de los autos. En casa seguía todo bien. Entonces la siguiente ola me tocó los pies.
Día 2.
04:00 hs aprox.
Un colchón viejo flotaba sobre el agua, siguiendo el ritmo de nuestros pies, los cuales se encontraban apoyados sobre él. El agua era marrón, o verdosa. Horas antes, ese mismo colchón estaba contra la puerta principal siendo sostenido por dos personas. Ahora... ahora habíamos cedido.
— Mirá, mirá la puerta del mueble. Está bajando el agua.
— Si, ya veo. Al fin...
El agua estaba tan sucia que mientras bajaba, dejaba una marca sobre la pared, llena de pasto y basura. Esa era la manera de darte cuenta de que por fin... se estaba yendo.
— ¿Ma, sabes por qué me fui del centro de estudiantes?
— ¿Por qué?
— Nunca quise asumirlo, pero no era solo por no estar preparada, era porque [...].
— ¿Y por qué no me lo dijiste antes?
Mientras se me caían las lágrimas, solo pensaba en la respuesta a esa pregunta. En ese momento no me daba cuenta de cuál era.
Solo tardé un par de días en hacerlo.
21:00 hs aprox.
Estábamos sentados, listos para cenar, en la mesa de mis tíos. Esa noche ellos nos ofrecían toda su contención, tanto así como los días siguientes.
— Que bárbaro che.
— ¿Qué cosa?
— Todo lo que pasó. Lo que les pasó a ustedes. A tanta gente... Todos los autos abandonados en el medio de la ciudad, las casas... los muebles...
—La verdad... horrible, todo se siente tan triste tío...
—Vaya uno a saber por qué pasan estas cosas, ¿No?...
Día 3.
14:30 hs.
Habíamos vuelto a casa para seguir limpiando. Esa iba a ser nuestra rutina por lo menos, durante tres días más. Arrastré una bolsa de basura gigante, llena de cosas que ya no servían. La dejé en la vereda y antes de volver a entrar a casa me detuve. Me detuve, me di vuelta y comencé a observar todo a mi alrededor. Me mantuve así durante unos minutos y esa estuvo a punto de ser la primera vez... La primera vez en que me daba cuenta de lo que realmente había pasado.
Pero no lo fue.
Día 4.
Ese día mi primo nos hizo reír mucho. Ese día se desconectó de los anteriores.
Día 5.
Ese día la cuadra de mi casa era un caos. La basura no daba a basto. Estaba más tranquila porque la noche anterior había podido comunicarme con todas mis amigas y sabía que todas estaban bien. Ese mismo día paso algo... si, ya sabía que mi casa ya no era la de antes y que el agua había arrasado con todo, pero ese día... ese día paso algo que para mi... hoy es el peor recuerdo.
La basura que nosotros tirábamos significaba algo para quienes tenían menos, entonces las bolsas no solo ocupaban la calle, sino que también lo hacía la basura que se encontraba dentro. Ya que la gente pasaba, las rompía y sacaba lo que podía ser útil de ellas. Entonces salí a tirar otra bolsa y los vi... mis cuadernos de primer grado... estaban abiertos de par en par, con todos esos dibujos inocentes manchados por los rastros de la tragedia. Me quede inmóvil por un tiempo... y entonces pasó.
16:30 hs.
De una vez por todas, llegó un camión gigante a recoger toda la basura. Eran hombres de la municipalidad. Tenían una pala con la cual tomaban la basura y la colocaban en un... ¿coso? que a su vez la tiraba en un container gigante. Resulta que no quiero irme en detalles, pero cuando llegó el momento de limpiar nuestra basura, los hombres tomaron con su pala mis cuadernos de primer grado y los estamparon contra el resto de la basura. En ese momento comencé a llorar, y mientras mi mamá me acariciaba la espalda nunca me di cuenta que todos los vecinos nos estaban mirando. Ni siquiera me interesó porque yo estuve sentada en un banco del colegio al cual fui toda la vida escribiendo y dibujando en esas hojas. Y hoy eran basura.
Podes estar en el medio del agua, podes llorar y podes sufrir y podes no entender... pero cuando por fin logras entender, ese si que es el peor momento de todos.
22:30 hs.
Fuimos hacia lo de mis tíos a cenar y a dormir. Esa noche ellos tenían un compromiso, por lo cual comimos solos. Pedimos una pizza y prendimos la tele. Por algún motivo esa noche sentí algo. Esa noche sentí, por primera vez después de lo que solo eran cuatro días y había parecido una eternidad... que todo iba a estar bien.
Día 6.
Ese día volví desde lo de mis tíos a mi casa. Vino otra de mis tías a ayudarnos a limpiar y nos transformó la casa. Esa misma noche, mi hermano se había ido a dormir a la casa de su amigo y por lo tanto nos quedamos los restantes en casa. Esa noche, entre a mi habitación... o a lo que quedaba de ella. Estaba bastante entera, solo que las paredes estaban... horribles. Y no había colchones, agregando que faltaban la mitad de los muebles. Parecía un lugar frío, oscuro... triste. En ese momento le dije a mi mamá que no sabía... no sabía si quería volver a dormir en ese lugar. No sabía si quería volver a dormir en mi casa. Ese lugar... ese lugar no era mi casa. Ese era un lugar hostil. Pero lamentablemente... era todo lo que teníamos, y teníamos la suerte de seguir teniéndolo. Teníamos la suerte de seguir teniendo algo.
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Para Filomena.
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Mientras lo escribí pensé en que no debía hacerlo. En que era morboso exponer tanto de una historia así. Pero escribir... es mi manera de hacer las cosas. Escribir es mi manera de decir te quiero, es mi manera de decir que estoy triste, es mi forma de decir que me duele. Y hoy es 2 de Abril, todo esto pasó exactamente hace tres años. Esta es mi forma de sentir las cosas. Perdón si ofendo al alguien, perdón si a alguien le duele. Pero en serio si a alguien le molesta, simplemente le pido que no me lea. Porque este es mi sistema. Mi modo de vida. Hoy estoy triste. Hoy me duele un poco el alma. Hoy decido recordar las lágrimas. Ya no soy la misma de hace tres años. Hoy estoy por cumplir 18, en ese momento estaba por cumplir 15. Ya no soy ni la nenita inocente ni la loca depresiva ni la tipa enamorada. Hoy me siento feliz respecto a lo que estoy pasando, o simplemente me siento mucho mejor. Sin embargo, siempre voy a decidir recordar. Las marcas están... en las paredes, en los murales... pero sobretodo están dentro de uno mismo. Y este texto es una forma de decir lo que siento. Y esta es la forma en la que simplemente sé hacer las cosas.
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