Dreams

(Sueños)


Toda mi vida estuve buscando algo, estuve soñando, luchando por conseguir la felicidad máxima, lo inalcanzable. Fanática de las utopías, de las cosas que están más allá del cielo, de las metas extremas y doradas. Loca, incomprendida, vagabundeando por aquellos bulevares mientras se veía una hermosa puesta de sol: porque la vida era eso, era pararte en un lugar al atardecer y entender que algún día, cuando hubieses alcanzado tu meta, te ibas a acordar de las tardes en las que lo único que te hacía seguir adelante era una puesta de sol. Entonces yo hacía eso, yo caminaba por esos puentes solitarios y abandonados a la luz de la noche mientras los autos pasaban, mientras no dejaba de pensar en que algún día todos iban a saber de mi existencia. Habían noches en las que reposaba en la ventana de mi habitación, mientras miraba a la Luna y mis ojos brillaban soñando en que todo aquello que quería se convierta en realidad. La cuestión es que no hacía mucho para cumplir mis sueños, pero realmente me gustaba soñar. Me gustaba imaginarme a mi en lo más alto de la cima, en la punta de la Torre Eiffel, en el piso más alto del Empire State. Habían momentos en los que la ambición me mataba, y sentía que de a poco me estaba consumiendo pero Dios, me gustaba tanto soñar que enloquecía de pensar en ello. Soñar era un modo de vida para mi. Yo sabía que iba a llegar. Porque claro, la vida se trataba de eso. 

Entonces un día vinieron unos amigos de mi familia a pasar el rato. Salimos a dar vueltas en nuestra casa rodante y de repente, mi papá decidió partir hacia el río. Entonces allí fuimos, y yo solo pensaba en que cuando llegue me iba a acordar de eso también. Por un momento me puse a pensar en que no me sentía completa, en que siempre la ambición hizo que yo sienta que faltaba algo al lado mio, o dentro de mi. Pero entonces papá estacionó. Entonces bajamos, colocamos una mesa de plástico cerca de la orilla y pusimos nuestras sillas. Nos sentamos, reímos, charlamos y de repente quedamos callados. Estaba atardeciendo.

Entonces me di cuenta.

Me di cuenta que el ruido del agua moviéndose agitándose por el viento era precioso. Me di cuenta de que escuchar eso mientras miraba al sol esconderse lo era más aún, y mientras terminaba de comer mi sándwich me sentí completa. Porque me di cuenta que la vida se trataba de eso. Estaba cercana a la orilla del río comiendo un sándwich con la gente que amaba y me sentía completa, más que cuando soñaba, sino porque esto era real. Porque nunca había apreciado ese tipo de cosas. No había música, había silencio, y creo que nunca en mi vida dejé de escuchar cosas en mi mente. Era la primera vez que no me ahogaba en mis sueños, solo vivía. 

Entonces me di cuenta que eso era la vida, que de eso se trataba. Tenía un sándwich en la mano, y me sentía completa

¿Qué ironía, no? 

Fuente de la foto: We Heart It

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