Soles de domingo
Pensaba en 2 cosas.
Varias.
Hace días, meses quizá, que me interno para leer cosas de la facultad. La vida es eso que pasa mientras... ¿estudio? Y extraño varias cosas, no sé exactamente cuales. Hace un par de días, una nube de tristeza invadió mi mañana soleada. En este último tiempo, logré entender varias cosas. Siempre pensé al futuro como algo presente. Como algo inmodificable. No en la forma en que quería algo y eso era lo que siempre iba a querer, sino en el modo en que siempre me lo imaginé igual. Madre a los 40 de dos hijos, viviendo en una casa blanca, con algún marido sin rostro. Y el otro día, viendo Gilmore Girls, pensé por un segundo la posibilidad de que todo cambie. De que quizá no sea tan malo tener una hija sola, que cuente con los mejores 7 tíos y una madrina de oro.
El tiempo nos hizo bien firmes. Nos puso en fila, con un brazo de distancia, y nos hizo caminar. Hoy, mientras me bañaba, pensaba en qué hubiese sido de mi si no me hubiese salido de la línea. Si no hubiese sentido amor, angustia, miedo y resignación aquel martes cuando volvía a casa, con tan solo 13 años, notando que aquella amiga quizás no era tan amiga, quizás era otra cosa. Y nunca tendría que haber tenido miedo de gustar de una mujer. Porque no dejo de pensar en la facilidad con la que me gustan los hombres. Todos, cualquiera. Y nunca siento miedo. Quizá incertidumbre, inseguridad. Pero nunca miedo.
Ese miedo a romper absolutamente todo lo que ya conozco.
Por otro lado, dejando mi lado el deseo maternal individual futurista (...?...), también pensé en todo lo que viví cambiando de rumbo mi vida. Ahí si que tuve miedo. Y también lo hice sin mirar atrás. Supongo que de eso se trata. Y cuando pienso en los últimos tres años... siento que me estoy acordando de ese ex que te marcó a fuego con el que tuviste una relación hermosa... pero no tenían futuro. A veces se extraña, a veces pega la melancolía... pero hay dos cosas que las tenés bien claras: no querés volver con él//ella, y además, ya no te duele.
El pasado ya no duele.
Y hoy es domingo. debería sentirme triste, sola, melancólica... quizás. Pero me siento feliz, y estudio lo que amo... o amo lo que estudio. Ambas, y no ninguna. El sol es lindo, nos ilumina, nos cambia. El día nos transforma, los cambios nos transforman. Me tiré a una pileta desde un piso 20 y resultó estar llena. Ahora nado en días soleados, almuerzos con amigues y alegría. El sol tiene muchas cosas. La más importante: siempre nos hace bien.
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