Extraterrestres
Hoy nos fuimos a dormir todos tristes.
Hoy escuché un relato, en la voz de una persona estancada para siempre en un amor imposible. Es muy fácil decir que las cosas son fáciles cuando ya has pasado por ellas. Y lo que más hacemos, porque es sumamente lógico, es recurrir a nuestra experiencia propia. Creer que todos funcionan igual.
(Y no es cierto)
Estuve ahí, estancada en un enamoramiento feroz, intenso. Creyendo cosas como hilos rojos o amores de la vida. Estuve ahí, creyendo en los hijos y las ideas patriarcales que tanto nos han encriptado a las mujeres. Hoy salí, hoy estoy en otro lugar. Pero me rompe el corazón en mil pedazos que no todos los lugares sean iguales. Que algunos sean más profundos, más dolorosos. Que sean diferentes, o peores. Me duele que hoy te vayas a dormir pensando en lo mucho que la amas a ella, porque hace unos meses atrás, yo me iba a dormir pensando en lo mismo. Y estaba desecha, y no me quería. ¿Sabés qué fue lo peor? Que no me daba cuenta. Estaba alienada. No sabía quien era, y no ocupaba mi tiempo en pensarme. Tan así, que me di cuenta que lo que estaba estudiando no era lo que quería para mi vida cuando dejé de gustar de él. Amigo, yo también estuve ahí. Salí. Estoy bien.
Pero no sé cómo sacarte.
Ninguno supo hoy cómo hacerlo.
Y nadie se merece quedarse ahí para siempre.
Nadie se merece no avanzar.
Nadie se merece que el orgullo de unx otrx no nos deje hacerlo.
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