Deshacer
El tiempo corre y las horas pasan. Ya sé que lo sabés. No me importa.
Porque no puedo dejar de pensar en la carencia de lo esporádico en mis deseos de amor. Apareciste después de... ¿Cuánto tiempo? No sé. Y siempre haces lo mismo. Pasan meses y meses, y mientras sigo con la vida, un día todos los caminos conducen a Roma. ¿Será esa truchada del hilo rojo? No sé, porque tuve un hilo rojo con cada pibe que me gustó, y me los creí a todos.
Y todos fueron mentira.
Mañana tengo un parcial.
Y no me puedo concentrar.
Necesito dejarme ser y dejarte ser. Para que seas vos y no aquello que yo quiero que seas. Creo que eso fue lo que salió mal con el resto de los hilos. Quizá tironee demasiado. Quizá el amor romántico que nos vendió el capitalismo me ató con ideas e idealizaciones, pero no con personas de carne y hueso.
Quiero abrazarte.
No sé qué hay de verdad en los hilos rojos o en esta cosa del destino. La realidad hace que estemos y seamos parte de algo en común. Quizá, por mucho tiempo más. Eso creo que es lo que sucede. Nos queda mucho tiempo. Y quizá, en base a mis experiencias anteriores (sobre todo a las dos últimas), tendría que aprender a hacer algo con el mismo. Si, con el manejo del tiempo. Y... si, con vos como parte de la circunstancia.
Ya te lo dije, que mañana tengo un parcial.
Y no puedo concentrarme
porque las cosas están un poco para atrás
y tengo miedo
de haber escupido al techo
para recibir
un baldazo de agua fría a cambio.
Creo que perdimos
todos
los siete.
Y algún día, dentro de ese tiempo que nos queda, podré contarte como termina la historia.
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