Vidas Paralelas

¿Sabes lo que pensé cuando caí? Pensé en su cara, en su rostro. El mundo se veía nublado, borroso. Los colores de los murales se notaban pálidos. Todo a mi alrededor se desvanecía, y entonces, decidí cerrar los ojos...


Hable de muchas situaciones que viví utilizando metáforas que calzaban un tanto bien a la situación. Esto de nadar en las mismas aguas sin embargo uno de los dos lo hacía sin mirar atrás mientras el otro se atragantaba a más no poder con las olas por seguir su camino, o esto de estar a dos centímetros en el mundo real estando a dos mil kilómetros en mi mundo. Hablé de muchas cosas que estas situaciones generaban en mi. Entonces fue cuando el jueves salí de la facultad y me helé. Me helé, le agarré el brazo a ella y le dije que ahí estaba, el chico del que le había hablado. Entonces ella me agarro el brazo y me hizo cruzar la calle, entonces nos despedimos y yo me tuve que ir hacia el otro lado, y no podía ser otro que el mismo lado al que se dirigía el. Porque al mundo le encanta cruzarme con él. Entonces yo caminé por una vereda y él camino por la vereda del frente. Traté de seguir, traté de no mirar hacia atrás. Traté de repetir la letra del estribillo de Just Another Girl en mi mente una y otra vez.


En ese momento, entonces, me di cuenta.

Son dos vidas paralelas. Dos calles que no se unen nunca, en todos los sentidos, en todos los lugares. En mi mundo, en mi mente. Porque ya lo había visto antes. Porque todos los días lo veo a la mañana. Y no me gusta la idea. Existe este mundo en donde intento olvidarlo y se que voy a estar bien, pero existe este otro en donde cada día me enamoro más, y ambos coexisten de forma paralela y progresan a la vez. Entonces, a eso me refiero. Ese día en el que había sol y yo iba en una calle y el en la otra, entendí que de eso se trataban. Son dos mundos paralelos, los cuales ambos funcionan en mi mente, al mismo tiempo. Y yo no me divido en dos, yo siempre estoy completa, yo siempre soy la misma. Yo siempre convivo en dos lugares a la vez. Estoy parada con un pie en uno y un pie en el otro. Cuando me despierto, cuando como, cuando miro una serie o simplemente cuando respiro. Estoy parada en ambos mundos, todo el tiempo, todo el maldito tiempo. Es algo que no se detiene, simplemente nunca estoy completamente en uno. Estoy divida en dos: respirando dos aires diferentes, sintiendo dos cosas completamente diferentes y viviendo exactamente lo mismo. 

Y en serio, es algo que nunca para.

Fuente de la Fotografía: We Heart It

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