The End (Parte II)
El abismo está cerca cada vez que los débiles volvemos a caer. Una vez que aparece en nuestras vidas, simplemente no deja de estar. Somos frágiles. Algunos hemos sido afectados por cosas de la adolescencia, pero créanme, otros lo tuvieron peor. Hablamos de depresión como si fuese un llanto de domingo por la tarde, cuando la depresión es una enfermedad, básicamente, de mierda. Millones de personas la han sufrido y millones han tenido razones para atravesarla pero lograron no hacerlo.
Ninguno es más fuerte que el otro.
De los momentos más tristes construimos nuestra fuerza. Es como las enfermedades y los anticuerpos: ya sabes lo que viene, ya sabes como tratarlo. "No es que no sientas el dolor, es que ya no tenes miedo a ser herido otra vez" (y me pregunto cuántas veces me ha salvado esa canción). Y no nos resbala, ya sabemos lo que és. Y cosas que antes eran factores que enriquecían nuestra inseguridad, hoy ya son factores que enriquecen lo que somos. Somos esto: con este cuerpo, esta cara, esta forma de ser. Es lo que hay, y si me dejas te puedo dar mucho más, solo recordá que todo va por dentro.
A riesgo de seguir pareciendo un pastor de medianoche, continúo y digo que la vida nos pone más trabas de las que quisiéramos, por lo tanto, con el tiempo aprendemos a verlas como pequeños desvíos en el camino que no hacen más que darnos fuerzas para seguir adelante. Nos hundimos pero porque sabemos algo: el único trampolín para volver a subir se encuentra por debajo de todo. La única forma de que el dolor no nos carcoma el cerebro es viviéndolo, sintiéndolo, dándole su lugar: sin anclarnos a el, sin taparlo, reconociéndolo como tal. No es masoquismo. Te duele, querés llorar, y punto. Aguantartelo, guardartelo, y hacerte el superado lo único que hace es agrandarlo, hacerlo peor, y cuando estalla... rompe con todo a su paso.
Pese a todos esos procesos, debo decir que cuando volvemos a tomar impulso para volver a la vida con todo, existe una gran probabilidad de que lo logremos. Existe una gran probabilidad de que lo superemos. Yo lo superé, él... el de ayer... el también lo supero (y lo tuvo mil veces peor). De eso se trata. No hay nada que no tenga salida en este mundo. No hay nada que pueda atraparte. Todo está dentro de tu cabeza: "tu mente es tu arma, no la desactives".
Entonces, en definitiva, lo que quiero decir es que sea lo que sea que estés pasando, en donde sea que estes y a donde sea que vayas (incluso si no sabés a donde vas a ir), todo pasa. Absolutamente todo. Incluso cuando estas en el medio, algún día (te lo juro)... termina.
Feliz año nuevo.
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