lugares a los que no podría volver nunca más
No hay día en que no me acuerde de todos los daños que me hicieron. No hubo un sólo momento de mi vida en que mi cabeza no haya estado ocupada con la cantidad de cosas horribles que dijeron de mí. Nunca logré entender por qué eligieron odiarme, aunque sí puedo explicar por qué elegí devolverles lo mismo. Nunca me pude olvidar de todo lo que pasó, ni de todo lo que construyeron, ni de los cimientos en los que se pararon para hacerme la vida imposible. Por mucho amor que haya, nunca podría volver a construir algo con una persona que nunca va a dejar de amarlas. Nunca podría volver a llamarlas familia. Me fallaron de la forma más cruel e innecesaria posible. Nunca querría volver a verles la cara, demasiado tengo con la hostilidad de mis recuerdos. Yo también las odio mucho: me arruinaron la vida, me hicieron sentir pobre, miserable, inútil. No hay un logro propio que no me haga sentir lo mucho que se equivocaron conmigo. Me queda poco para la meta, y aunque creo que lo contrario al amor es la indiferencia, ese día me voy a acordar de ustedes; de cómo pude y de cómo lo logré a pesar de su miseria, de cómo pude y puedo ser alguien a pesar de no tener la cuenta del banco llena. Ese día y todos los días las voy a pensar, y mucho. Se buscaron una enemiga, la van a tener. Y sé que un día, como quien no quiere la cosa, se volverán intrascendentes: una página triste de mi vida, un veneno que no logró cumplir con su efecto, un puñal que logró ser cicatriz. Y voy a estar lejos, lejos y gigante: y ustedes van a seguir siendo chiquititas. Diminutas en tamaño, en razón, en bondad, en humildad, en talento. Sólo serán malas: lo único que siempre fueron con todos. Y cuando quieran contar anécdotas de su vida, sólo podrán relatar las tardes que se pasaron pegadas a un sillón tomando mate y destilando maldad. Yo podré contar muchísimas cosas más: esa será mi revancha.
Nunca podría volver a los mismos lugares, ni respirar el mismo aire. Me arruinaron la cabeza, el autoestima, tantas cosas... Pero allá veo el futuro: no podría perdonarme que ustedes fueran parte de él. El costo es muy alto: la mejor persona del mundo, el mejor hombre que conocí en mi vida. Pero la traición duele más, y la crueldad innecesaria también. Y tus amigos arrastrándose por ustedes también. Todo eso duele mucho más. Es lamentable que en un mundo lleno de bondad tenga que convivir con el peso de sus nombres, pero pronto se van a desvanecer en mis recuerdos. Pronto dejarán de ser parte. Pronto serán sólo un mal recuerdo del pasado. Y deseo con todas mis ansias que el día en que me reciba ni recuerde su triste existencia. No se merecen el peso, la importancia y la dedicación que conlleva el odio. Tengo que tener cosas mucho más importantes que hacer que llorar por ustedes un domingo.
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