Dos mil veinticuatro

7 vidas, como los gatos. Incluso diría que un poco más. ¿Duelos? No sé cuantos duelos hace un gato, mucho menos los que tuve que hacer yo en este año. Igual, siempre hay que quedarse con lo bueno.

Conocí a mis compañeras, e hice nuevas amigas. Conocí el amor y el desamor. Conocí nuevas facetas del odio, de las que todavía me cuesta volver hacia atrás. Mientras escribo, llueve. Por suerte es una lluvia normal y no es una metáfora para hablar de lágrimas y pelotudeces. Alguien tiene que terminar el año feliz. Todos nos merecemos terminar el año felices.

Hace muchos años que no escribo estos anuarios. Tengo muchas cosas guardadas, pero no importa. Hoy las guardo en una mochila y las dejo en mi casa: me voy a lo de la tía. Hay cosas que nunca van a cambiar, y cosas que nunca vamos a poder controlar. Hoy soy el lado feliz del meme del micro. Hoy elijo ser el lado feliz del meme del micro. Todos merecemos elegir ser el lado feliz del meme del micro.

Feliz año nuevo a quien sea que esté del otro lado. Te mereces ser feliz, sonreír con tus amigues o tu familia, la real o la elegida, o real y elegida. Te mereces ser queridx, dejarte querer, recibir halagos, abrazos y besos. Nadie puede ser difícil de querer, nadie es difícil de querer. O por lo menos vos: nunca creas que sos difícil de querer.

Feliz año nuevo.

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