Perejil
No sé cómo es escribir por acá pero conozco todos los lugares en donde me duele y tampoco sé lo que es no sentir vergüenza de lo que sos y de todo lo que te pasa, porque siempre (siempre) me pasan muchas cosas y ya no conozco bien mi lenguaje. Me pasé tres días llorando con grey's anatomy y una noche entera con la vuelta de Derek pero hay algo en mi que no vuelve, y de repente el mundo se transformó en ese lugar horrible que siempre fue y que nunca vimos. Todo lo que yo escribo en twitter me vuelve una Mili. Todo lo que soy, me desorienta. Conozco todos los lugares a donde mi cuerpo llega cuando cae bien hondo en el cúmulo de pasado que gusta de tomarse hace un año ya.
No sé como hablar con nadie, simplemente perdí el don de exponerme. Y en el fondo buscar ayuda es recontra difícil. Conocí todos los puentes de todas las tristezas y me enojé mucho. Mis amigos se enojan porque se sienten afuera de algo pero ninguno sabe que nos juntamos a llorar porque es lo único que sé hacer con todo lo que está pasando. La solidez que nunca caracterizó a nuestra relación se volvió a perder en un dime-direte que me llegó por videollamada, porque nunca me dijiste que te sentías afuera de algo, yo tampoco te conté todo lo que me pasó. Hay una parte mía que no te quiere, otra que te odia, y otra que te quiere tanto que se carcome los sesos con tu egoísmo. Me duele tu partida, me duele verte por una cámara, me duele vernos en persona, porque muy en el fondo me duele que gires sobre tu eje y que tu eje esté muy lejos del nuestro. Todos los mundos se amoldan a tus planes pero a los míos no se amolda nadie, y cada vez que no me contestan un mensaje mi mente asegura que no me quieren.
Extraño el cobertizo de amigos que tenía hace un año. Todo está muy lejos y yo me siento muy sola cuando estoy en casa. Uno puede ver a sus amigos y puede irse de viaje pero nunca puede irse de uno mismo (y eso que yo me fui hace rato).
Estoy mejor que la última vez que hablamos pero te detesto por haberte ido. Si, vos también te fuiste de vos mismo. Sos el punto al que llego cada vez que quiero romper todo, cada vez que me quiero ir pero quiero sentir algo para poder quedarme. Las marcas en la espalda quedaron intactas, todavía tienen tu nombre, y quizás el día que reciba la ayuda que necesito desaparezcan.
Este año fue el año más horrible de todos. El creador supremo de traumas del encierro. No me canso de extrañar abrazos que ni siquiera recibía cuando el amor estaba a la orden del día.
En el fondo no te odio.
Perdí la autopercepción de adulta e inteligente, y en mi mente volví a ser una niña a la que sólo le sale llorar y mendigar amor que nunca alcanza. Pero tengo días buenos: ¡tengo días buenos! Porque tengo alguien al lado. Todavía queda gente que te mira a los ojos y te escucha. Todavía quedan amores que te quieren con todo lo que fuiste y todo lo que sos. Todavía sigo desarmada y desalmada, pero creo tener en dónde caer. Y muy en el fondo, sé que me quieren igual (aunque nunca me contesten los mensajes).
Cebolla.
Morrón.
Zanahoria.
Carne
pimienta negra
pimentón
comino
ají molido
ajo y perejil
agua
caldo
puré de tomate
nunca
nunca
(nunca)
te olvides del azúcar.
Comentarios
Publicar un comentario