Ambas

Hola tía

me corté el pelo.



Conseguí trabajo. Me quiero comprar un vestido.


¿Cómo estás? ¿Bien?

Te extraño.


Me gusta mucho un chico y no sé que hacer tía. Todos los días me acuerdo de él. Creo que se volvió a su ciudad natal, no lo sé. ¿Qué hago? ¿Vos también crees que se lo tengo que decir? Los chicos me dicen que me acerque, que le hable como si nada. No me animo tía.

A mi mamá le regalaron un ramo de flores. Hoy terminó uno de los tantos cursos que dió en el año. No te imaginas la ilusión y esperanza que guarda en su pecho. Siempre busca lo mejor, y siempre ve el lado positivo. Son unas flores re lindas. No sé que son. Vos debes saber.

Después fijate.

Papá y Daniel, creo que se distanciaron de nuevo. No sé. Bueno, vos conocés a papá, ¿viste que él es orgulloso, viste que se guarda mucho? Ahora está así, y hoy no lo espera en su cumpleaños. Pero hay que ponerle una sonrisa a la llegada del verano. Yo si lo espero. (A vos también te espero)

Empecé a trabajar, como te decía. ¡No sabés los chicos lindos que hay en el trabajo! Te juro que te gustarían todos. Yo estoy enamorada. Los jefes son re buenos, la chica que me contrató también. Ella es la verdadera jefa. El otro día entró con unos tacos negros súper altos. A vos te hubiesen encantado. Las personas son súper cálidas. Súper amables. Los platos son caros, pero dicen que son riquísimos. Ojala algún día puedas ir.

¿Podés creer que en el trabajo no me dejan pintarme de rojo? Me tendrías que llevar a lo de tus amigos, porque no sabés lo triste que es pintarse las uñas arriba del micro. 

Mamá cocinó empanadas de carne. Espero que te gusten. Papá dice que siempre las hace riquísimas (y está completamente en lo cierto). También va a hacer una torta y, seguro, algunas pizzas. A la torta la va a hacer con esa crema que le gusta a Gra. Si no podés venir, no pasa nada. Yo te guardo una porción.

Otro día será. 

Hace dos años que fue mi cena de egresados. Tendrías que haber ido. Fue una noche horrible tía. Odie mi vestido, a mis compañeros, a todo el mundo. Por ahí, si hubieses ido, hubiese sido mejor. 

También pasaron dos años de la entrega de diplomas. Ese día seguro que estuviste, igual que una de las últimas veces: tacos blancos, collares, lentes de sol y pelo lacio. Ese día, si mal no recuerdo, te sentí al lado mío todo el tiempo.

Tía, ¿viste que te dije que me quiero comprar un vestido? Bueno. No me animo a gastar mi primer sueldo. Aparte... ¿qué vestido me compro? Tendrías que acompañarme, ayudarme a elegir. Ahora se pusieron de moda las cosas hippies. Acá le llaman hippie chic. A todo le ponen un nombre de mierda que pegue piola con la clase social. Pero bueno. Tendrías que ayudarme. Vos conocés mis gustos. Si éramos casi iguales.

Mateo y Pía están re grandes. Ahora nacieron Gino y Luca. También, son hermosos. 

¿Cómo está la abuela? Hace mucho no la veo. Creo que me estoy olvidando de su voz. 
Decile que baje un rato, por favor, así no la pierdo.

Contale esto de que empecé a trabajar
de que cada vez me va mejor.

Decile que aprendí a abrir un espumante. Todavía no me sale lo del vino.

Decile de mis compañeros, decile que me tratan bien.
Que no se preocupe.

Decile que amo a mis amigos. 
Tía, uno de ellos trabaja conmigo.
No saben, 
es lo más.

Hoy
las espero.

A la tarde
como siempre.


Un beso, 
Agus.

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