Blanca

Forget your troubles.
Come on, get happy.

Está difícil. Está tirante. Pero nada es imposible. Si, probablemente si ayer no hubiese aprobado una de mis materias favoritas, no estaría hablando de esto. La cuestión está en que la facultad tiene todo un significado importantísimo. Lo que estás estudiando ahora lo vas a desarrollar de forma práctica por el tiempo de tu vida que desees hacerlo... entonces, es difícil atravesar esas presiones cuando tu cuerpo es un poco débil, capaz de volarse con el viento. Aunque supongo que mi cuerpo no es así, supongo que todo está en mi mente. Mi mente... esa sí que es frágil, que se mueve hacia todos lados y no sabe ni donde está parada. 

Los flashbacks van y vienen. Se van pero siempre vuelven, igual que las personas. Como he dicho millones de veces en mi vida y en mi mente, desde que el colegio terminó, nunca volví a sentirme parte de algo. El hecho de que las personas ya no sean las mismas todos los días, me vuelve loca. Me irrita. Una de ellas (una de las más importantes), una vez me dijo que las personas van y vienen. Me dolió eso. Me duele que las personas vayan y vengan, porque ahora a ella no la veo casi nunca y no me pregunten por qué, pero no sé mantener una relación. No uso el whatsapp, no salgo a bailar, no voy a tomar mates a la casa de nadie y no me interesa hacerlo en el momento. Pero después las vuelvo a cruzar y no entiendo como soy tan estúpida, o por qué esas actitudes nacen de mi. ¿Qué es lo que no me gusta? No sé.

No sé ni siquiera qué me gusta.

Mi tema de conversación es el mismo siempre: y si, quién va a ser sino. Porque así como las personas van y vienen, el se asoma muy seguido para que sepan que está, pero una vez que lo ves no le cuesta nada pegar la vuelta e irse. No puedo pasar un post sin hablar de él, o una conversación típica y casual. He intentado olvidarme, de hecho he conocido a más chicos en este tiempo... pero ninguno llega a nada de lo que espero. He encontrado a una mente casi parecida... pero ya fue descubierta. Y ahí siempre estuvo mi error, buscar algo parecido, o algo que lo iguale. O la comparación. La cosa no es así, y un clavo no saca a otro clavo, las cosas se van dando. No nos sirve engancharnos con otro para olvidar, o ilusionar a quien no lo merece, porque así no funcionan las cosas. Ojalá sintiéramos todo de manera mutua, pero si fuese así la vida sería demasiado fácil. Quiero estar tranquila, pero no puedo negar que por los días, por las tardes o por las noches, no tenerlo cuando podría haberlo tenido... me duele. Me parte en 200 pedazos.

Todos los días termino en el centro dando vueltas por los mismos lugares. Viajando en el mismo colectivo. El mismo que me tomaba para volver al colegio... todo el tiempo quiero volver. Todo el tiempo. Conocí a personas increíbles y no estoy arrepentida de ello, pero extraño a mis amigos. Extraño muchas cosas de las etapas terminadas. Hubo un día de este año en que me crucé a dos de las personas más importantes de mi adolescencia y las abracé con todas mis ganas porque eran ellas, y porque ya somos grandes, ya somos maduras (ponele). Ahora todo se siente un poco más real, ya no estamos haciendo pavadas en el colegio, ya estamos en otra parte de la vida. Quizá el acostumbrarse a eso es algo que tiene como parte sentir todo esto que estoy sintiendo. Sé que me gusta esta carrera, se que puedo llegar lejos. Sé que tengo que dejar de tener miedo, o de soñar. Tengo que arriesgar, formarme. Madurar en otros sentidos. Decir lo que pienso, sin miedo, sin sentirme coartada. A veces me gustaría ser esa persona que no se deja ser pisoteada o no teme a las respuestas de sus pares, y cada día intento llegar a eso. No me gusta contestar mal, y creo que cuando lo hago es parte de esta práctica. Simplemente quiero salir de mi casa sin miedo, sin sentirme intimidada, sin retraerme. Son personas, nada más ni nada menos. Pero cada una tiene sus mundos, cada una tiene sus infiernos, y quizá tengo que lograr que ese concepto trascienda sobre mi.