El Tiempo Está Después
Entre tanta oscuridad, tantas lágrimas y tantos dinosaurios
te escribo.
Porque me duele que hoy sigamos lamentando pérdidas que nunca tendrían que haber sido. Me duele que los medios de comunicación sean atroces, siniestros y arroyen todo en su camino. Me duele tu nombre, tu cara, tu hermano, tu amiga. Me duele la persona que estaba enamorada de vos, me duelen los viajes que quedaron por hacer, me duele el amor de tu vida, me duele tu sabiduría que no puede expandirse. Me duele que te hayan hecho caer en la lucha. Santiago, solo quiero que sepas que estás en el aire, en todas las banderas, en todas las paredes, todas las luchas y todos nuestros corazones. Quiero que sepas que tu lucha no fue en vano, que tu lucha es la lucha de todos aquellos que te buscamos y que gritamos tu nombre, que agitamos una bandera con tu cara o que te sentimos en lo más profundo de nuestro corazón. Me dolés en todos lados, en el alma, en el pecho, en cada lágrima. Tu bondad y tu sencillez hicieron que te convirtieras en lo que sos hoy: un símbolo de lucha frente a un Estado ausente, inexistente. Una bandera flameando más alto que toda la mierda que corre a nuestro alrededor. Santiago, te juro que los dinosaurios van a desaparecer.
Santiago, en tiempos oscuros y en tiempos de primavera gritaremos tu nombre. Buscaremos justicia. Porque dijimos Nunca Más. Y nunca más... es NUNCA MÁS.
"Un día nos encontraremos
en otro carnaval.
Tendremos suerte si aprendemos
que no hay ningún rincón
que no hay ningún atracadero
que pueda disolver en su escondite lo que fuiste.
El tiempo está después."
El tiempo...
...está después.
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