Dependientes

Ayer me dolía el espejo. 
Hoy me duele la dependencia.

Me indigna, me supera, el hecho de que no podamos sentir felicidad si esa persona no está al lado nuestro. Me enoja estar triste los días en que no te veo. Me enfurece no escuchar a mi alrededor cuando vos no estas. Porque me duele no tener otro tema de conversación que no sea hablar en crono y reír de tus esquivadas. Me duele que mis amigos me vean mal por esto, porque el amor es algo lindo, y gustar de una persona también lo es. Pero volverte dependiente... lo he visto, lo he vivido y lo he escuchado miles de veces... y no quiero eso para mi.

Era viernes y llovía, y salía el sol... y volvía a llover. Casi como tu alma, según los astros. Estábamos en el primer piso, y no podía concentrarme. No podía pensar en otra cosa. No puede ser que no estés y se de vuelta el mundo, porque no te conozco... no te conozco. No sé como sos, todo lo que puedo conocer es parte de lo poco que me diste a mi y a las redes sociales (cosa que detesto). Pero en serio, no te conozco. Y respirás, y vivís, caminás... mientras, del otro lado del universo, el mundo está patas arriba falto de tu presencia.



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