Hoy es un domingo difícil, confuso, y gris. Hoy no sé a quién le escribo todas esas poesías, a quién le dedico todas esas penas que desnuda la luna cuando llega la noche. Hoy no sé si te quiero. No sé a quién quiero. Hoy le perdí el sentido a terminar historias en donde ninguno dijo nada, y todo quedó enterrado en el olvido. Hoy no puedo lograr entender cómo hago para escribirte tanto sin poder mirarte a los ojos. Hoy estoy triste, porque no sé bien si te quiero, o te deseo, o de qué forma lográs que se me desarmen las piernas cada vez que paso por al lado tuyo. Hoy, creo que también te extraño. Creo que, en algún lugar, tengo ganas de que me abraces. Y aunque no leas esto (y no logre entender por qué te escribo), hoy me atravesaste como hace mucho tiempo no lo hacías. Y es domingo. Ojalá no me hubieses atravesado así un domingo.